El monóxido de carbono se ha llevado la vida de dos personas en el barrio de Ventanielles en los últimos tres años. A la espera de los resultados de la autopsia, la investigación ocular de la Policía Nacional parece indicar que Jennifer Montes inhaló el gas tóxico en su casa en la madrugada del jueves por un fallo en la combustión de la caldera doméstica. Algo similar le ocurrió al ingeniero Alejandro Álvarez el 15 de noviembre de 2016, aunque con el matiz de que estaba trabajando en el interior de una instalación comunitaria de pellets (biomasa).

Álvarez, de 39 años, sufrió una parada cardiorrespiratoria de cerca de media hora tras respirar monóxido de carbono cuando estaba revisando la instalación de biomasa del número 1 de la calle Joaquín Blume hacia las 14.15 horas. Falleció al día siguiente en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). De Avilés y padre de tres hijos, era ingeniero de minas y copropietario de una empresa de mantenimiento de biomasa: "A&A Ingenieros Medioambientales", pionera en su campo en Asturias. Al parecer, el almacenamiento de pellets generó el gas tóxico.