Oviedo acaba de despertarse esta mañana con la noticia de la desaparición de uno de sus personajes más constantes y queridos. El escritor Gerardo Lombardero (Oviedo, 1951) falleció en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) donde había sido ingresado ayer, al agravarse sus problemas de salud. La capilla ardiente ha quedado instalada en el tanatorio Santa Teresa Ciudad de Oviedo.

Gerardo Lombardero ejerció como periodista, colaboró con sus columnas en LA NUEVA ESPAÑA y otros medios de la región y se dedicó, con método, rutina y pasión a la literatura. De su obra destacan los poemarios "La palabra es vuestra y mía", "Una mano sola, Namái una manu" y "El sabor amargo de los rododendros" y las novelas "Aquellos años serenos", "El patio de los sueños", "El Marquesito, Juan Díaz Porlier", "Bobes, el estribo del diablo", "La vida secreta de León Kramer", "Días de Italia", "La víbora durmiente", "La casa de las nueve palabras", "El capitán Carlista" o "La pista de Edda Mussolini".

Licenciado en Geografía e Historia y Diplomado en Gemología por la Universidad de Oviedo, miembro de una familia vinculada a las letras y la cultura por parte de su tío el editor Manolo Lombardero y su primo el director del mismo nombre, Gerardo Lombardero mantuvo, también, una activa trayectoria política. Ingresó en el Partido Socialista Popular en sus años universitarios (1976), llegando a ser Secretario General de la Agrupación de Oviedo. Posteriormente, pasó a integrarse en la Ejecutiva, siendo designado como Secretario General de Formación bajo la presidencia de Francisco Prendes Quirós, fallecido también esta semana. Gerardo Lombardero se mantuvo en el cargo hasta la integración con el PSOE, cuando abandonó toda actividad política.

Habitual de los medios de comunicación de la región, era también un ciudadano y vecino persistente. Casi todos los días se le podía ver, antes de comer, compartiendo una botella de vino con sus amigos en la Plaza de San Miguel.