Decenas de aficionados al arte acudieron ayer a una de las jornadas de puertas abiertas que se organizan semanalmente en el Museo de Bellas Artes de Asturias. En esta ocasión, el recorrido repasó las obras que se exponen en la Casa de Oviedo-Portal, donde hay una extensa colección de obras de los pintores regionales de los siglos XIX y XX y que impresionaron a los visitantes, que desconocían, en gran parte, la obra de estos artistas.

En la planta alta del edificio se exponen las obras de los artistas asturianos románticos, que fueron los iniciadores del arte asturiano con identidad propia, tal y como explicó a los visitantes la guía del recorrido.

Entre las obras que se visitaron se hizo hincapié en la de Dionisio Fierros, que fue uno de los máximos representantes del género del retrato en aquella época y que también trabajó el costumbrismo. "La salida de misa en una aldea de las cercanías de Santiago de Galicia", que el artista asturiano pintó en 1862, fue una de las obras que más impresionaron al público. "Es una maravilla que podamos visitar gratuitamente esta colección y conocer el trabajo de nuestros artistas", aseguró Carmen Quintana, una de las visitantes en la muestra cultural.

Aunque no nació en Asturias, Luis Álvarez Catalá siempre tuvo un arraigo muy importante con el Principado porque su padre era natural de Cangas del Narcea. Así, Catalá llevó a sus cuadros escenas típicas de la Asturias de la época, inspiradas en Monasterio de Hermo, la aldea de su padre. Ignacio Suárez Llanos, Gerardo Pérez Villamil, José Robles, Eduardo Casielles y Tomás García Sampedro son otros de los artistas cuya obra se puede visitar en la segunda planta de la Casa de Oviedo-Portal. En la primera hay una muestra de pintura asturiana más realista y de los artistas nacidos en torno a 1860. "El Lazarillo de Tormes" de Luis Menéndez Pidal es uno de los cuadros más representativos de esta época, de un realismo de foto.