Un vecino de Oviedo aceptó esta mañana una condena de un año y tres meses de cárcel por acceder en repetidas ocasiones sin permiso a la vivienda de una compañera de trabajo y aprovechar una de esas visitas para colocar cámaras de grabación en el dormitorio y el baño de la misma. Los hechos tuvieron lugar en otoño de 2017 y aunque la mujer le perdonó y declinó emprender acciones legales, la Fiscalía actuó de oficio y el pasado diciembre alcanzó un acuerdo con el acusado que hoy ya sido refrendado en la sección segunda de la Audiencia Provincial.

El acusado y la afectada trabajaban juntos en octubre e 2017 cuando el primero aprovechó un despiste de la segunda para quitarle las llaves de su casa y hacer una copia. A partir de entonces allanó la vivienda en varias ocasiones hasta que el día 13 de noviembre, con clara intención de captarla en situaciones íntimas, colocó en la casa tres cámaras sin su consentimiento, sujetadas con cinta aislante: una en la parte trasera del armario del dormitorio y otras dos en el baño.

Ese mismo día, la mujer se percató de lo sucedido a la vuelta de su casa. Hasta el lugar acudieron agentes de la Policía Nacional y se hicieron con los dispositivos electrónicos, que contenía tarjetas de memoria con diferentes archivos donde se observaban imágenes de la mujer. En principio parece que el acusado no llegó a visualizar las imágenes.

La víctima denunció los hechos, pero una vez iniciado el procedimiento, compareció en el juzgado y renunció a toda acción que pudiera corresponderle por estos hechos, tanto civil como penal, perdonando al acusado. Esto no impidió que la Fiscalía siguiera adelante con la denuncia por un delito continuado de allanamiento de morada en concurso medial con un delito contra la intimidad, descubrimiento y revelación de secretos en grado de tentativa.

El hombre admitió los hechos esta mañana ante la sala y aceptó la pena acordada sin más comentarios.