Buena parte de la filosofía actual, la que desarrolla el materialismo filosófico, se sustenta en las tesis que ya en el siglo XVII desarrolló Espinosa. Es lo que mantiene el profesor Luis Carlos Martín Jiménez, que ayer pronunció en la Fundación Gustavo Bueno la conferencia "El patronazgo de Espinosa", con la que pretende trazar esa conexión y saldar deudas con el autor de "Ética demostrada según el orden geométrico".

Martín Jiménez ve en Espinosa "muchos elementos valiosos" y afirma que "se le puede considerar un filósofo español". Pese a haber nacido en Holanda, la familia de Espinosa es de origen español, son judíos sefardíes que fueron expulsados de España y más tarde obligados a convertirse al catolicismo en Portugal, por lo que acabaron en los Países Bajos. Esos orígenes castellanos son, en opinión del conferenciante, lo que lleva a Espinosa a desarrollar "un pensamiento vinculado al Imperio español, que en esos momentos dominaba el mundo".

Un pensamiento que llegó a la actualidad, "que recoge una serie de características comunes entre su filosofía y la nuestra", dice Martín Jiménez. Esas características son, entre otras, "el pluralismo, el materialismo, el papel que tiene el cuerpo en la antropología, la ontología o su concepción de la política".

El experto explicó ayer que "en la filosofía de Espinosa vemos una idea medida de las cosas del mundo, de la realidad, que no es absoluta". Así, "se enfrenta a la idea de Dios de la teología católica", pero también mantiene una postura de resistencia respecto a "la idea absoluta de la persona" que posteriormente defenderá la filosofía alemana

Para Martín Jiménez, el principal legado de Espinosa que ha llegado a nuestros días es su filosofía, "pero también una especie de ejemplo de vida, el de una persona que no se puede acoger a ninguna identidad absoluta".

Esa negación del absolutismo es una posición vital y personal de Espinosa basada en su propia existencia. Espinosa vivió en el absolutismo español y recoge en su filosofía la historia de la expulsión de los judíos que afectó a su familia y que más tarde les obligó a abrazar la fe católica durante su exilio en Portugal.

Espinosa se enfrenta de este modo al absolutismo y el catolicismo del Imperio español, el calvinismo inglés o la postura de los judíos holandeses. En resumen, "es un ejemplo de resistencia y crítica a estos modos absolutos de entender la vida", en opinión del conferenciante. Contra ello y dentro de sus ideas políticas, "Espinosa defiende un Estado con suficiente fuerza para oponerse a esos absolutismos".

Con todos estos mimbres, Martín Jiménez afirma que "el origen del materialismo moderno está en Espinosa", y por eso su conferencia se basó en ese "patronazgo", en esa deuda de la escuela materialista, que tiene su pilar fundamental en la escuela de Oviedo, en el materialismo filosófico de Gustavo Bueno, "y la crítica a cualquier totalización de la realidad, como hace la filosofía alemana o posteriormente el marxismo", asegura Martín Jiménez.

Los filósofos que siguen las teorías de Bueno están en deuda con Espinosa, "en quien encontramos un patrón de hacer de filosofía".

Luis Carlos Martín Jiménez se remontó al siglo XVII, a la época de los absolutismos y las certezas y verdades absolutas, para destacar la figura y la herencia de Espinosa como contrapunto y autor de una filosofía crítica con esas teorías.