Amigos y familiares despidieron ayer en la iglesia de San Isidoro a la farmacéutica Ana María Llavona Hevia, que falleció el martes a los 86 años de edad dejando como legado una larga carrera y "aportaciones de gran calado" a la profesión que ejerció durante casi medio siglo tras el mostrador de su negocio de la calle Fuertes Acevedo, en Buenavista. Entre otras cosas, Llavona Hevia fue la fundadora del Grupo de los Jueves, una iniciativa pionera a nivel nacional que se creó hace cuarenta años para fomentar la formación y el contacto entre los farmacéuticos asturianos y que todavía perdura. Además, en el año 2005 recibió la insignia de Oro del Colegio de Farmacéuticos "por su entrega y dedicación a la profesión" y por la creación y mantenimiento de la Sección de Estudios Farmacológicos y Farmacia Clínica Seffac.

Quienes conocían a Ana María Llavona la recordarán siempre como una mujer "de profundas convicciones religiosas" que se adelantó a su tiempo y supo darle un giro a la profesión en Asturias. "Fue una adelantada a su tiempo. Hablaba de atención farmacéutica cuando nadie lo hacía. Movilizó a muchos farmacéuticos para formarse en el colegio. Tuvo un gran compromiso social más allá de la labor farmacéutica y colaboraba con distintas ONG como El Pájaro Azul. Promovió e impulsó una farmacia centrada en el paciente", asegura Belén González-Villamil, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Asturias. José Villazón, que presidió el colegio entre 2010 y 2014 también es de la misma opinión. "Fue pionera en el concepto de atención farmacéutica, promovió una farmacia asistencial definitivamente centrada en el paciente y sus problemas relacionados con medicamentos", señala.

Lourdes Bergillos, la presidenta que le otorgó a la fallecida la Medalla de Oro del colegio, también quiso tener un recuerdo para Ana María Llavona. "Aportó a la farmacia española la dispensación activa, que consiste en no dispensar nada sin hablar previamente y entender al paciente. También nos enseñó a trabajar en grupo".