Lo que iba a ser una reunión ordinaria entre los mandos de la Policía Local, un encuentro para organizar el trabajo diario, acabó el jueves como el rosario de la Aurora. José Manuel López -el exjefe del cuerpo que fue destituido por su supuesta implicación en la red corrupta de la "Operación Enredadera"- y el actual mando en funciones, el intendente Manuel Secades, acabaron "elevándose la voz" y enzarzados en una discusión en la que también se vieron implicados otros cargos policiales.

Era el primer día de Secades al frente de la Policía Local -ocupa el puesto de forma provisional por la baja médica del comisario Luis Manuel García Pena- y José Manuel López se mostró abiertamente en contra de una de sus decisiones, un hecho que destapó la caja de los truenos. "López tiene la categoría de comisario principal y ahora le obligan a acatar las órdenes de una persona de menor rango. Lo tiene denunciado en los tribunales y hasta ahora se había mantenido a la espera, pero en ese momento explotó", aseguran fuentes conocedoras de lo ocurrido. "Uno decía que ahora era el jefe y el otro que a él no le mandaba porque por ley es su superior", añaden las mismas fuentes.

El lío comenzó cuando Manuel Secades comentó en la reunión que había emitido una orden interna que permite a los integrantes de la plantilla optar a los puestos que van a dejar vacantes los 41 policías que se han beneficiado del plan de jubilaciones anticipadas. José Manuel López y algunos de los mandos "de su cuerda", como el intendente Francisco Goilón, interpretan que esa decisión esconde intenciones oscuras y se lo reprocharon a Secades. "Por un lado está hecho para colocar a los suyos en los puestos buenos y por otro para tumbar el turno conocido como 7x7, que se puso en marcha en el 2015 con José Manuel López como comisario jefe tras una negociación con el Ayuntamiento", señala un integrante de la plantilla que comparte la postura de López.

El turno 7x7 -siete días de trabajo y otros tantos de descanso- "se pondría en cuestión si se sacan agentes de la calle para meterlos en las oficinas". No en vano, "se empezaría a decir que falta personal y se le restaría valor a un turno que está obteniendo muy buenos resultados", añaden las mismas fuentes.

La tensión aumentó cuando Manuel Secades, ejerciendo como jefe, le ordenó a Francisco Goilón que abandonase la reunión, es decir, echándole de la sala. Según explicaron fuentes conocedoras de los hechos, le amenazó "con dar parte por desobediencia grave" si no le hacía caso. Goilón, ante todos los mandos que estaban el jueves de servicio, acabó marchándose "por no montar más lío". José Manuel López se fue con él.

Desde que estalló el "caso Enredadera" el excomisario jefe se encuentra "apartado". Oficialmente ocupa el puesto de jefe de unidades operativas, "pero no le dan trabajos ni le llaman a las reuniones, tratan de ningunearlo", señalan otras fuentes del cuerpo. De hecho, según ha podido saber este diario, durante la polémica reunión del jueves salieron a la luz algunas evidencias de esa situación: el intendente Manuel Secades le dijo a José Manuel López que tenía orden directa de Luis Manuel García Pena para no convocarlo a ninguna reunión de las que celebran habitualmente los mandos de la Policía Local en el cuartel del Rubín.