Uno de los acusados de instalar clonadores de tarjetas y cámaras en cajeros de Oviedo para el que el fiscal pedía ocho años de cárcel ha reconocido los hechos que se le imputaban y ha aceptado una pena de tres años de prisión.

Al procesado se le han aplicado las atenuantes de reparación del daño, toxicomanía y alcoholismo. Así, el hombre acepto tres años de prisión con suspensión de la pena por tres años condicionada a que pague la totalidad de la responsabilidad civil y a que no abandone el tratamiento que está haciendo.

Según han informado fuentes de Fiscalía a Europa Press, el segundo de los acusados permanece en paradero desconocido.

Inicialmente Fiscalía solicitaba ocho años de prisión para cada uno de los dos acusados. Así, en su escrito destacaba que entre los días 25 de julio y 13 de agosto de 2017, los acusados, en los cajeros públicos de la entidad bancaria Caja Rural de Asturias situados en la calle Melquiades Álvarez, Fernando Vela y calle Camino Real de Oviedo y el cajero de Caja Rural de Asturias en Colloto, instalaron en la ranura destinada a la entrada de tarjetas de crédito un dispositivo de lectura que permite copiar la banda magnética de tarjetas de crédito de los usuarios.

Al tiempo, en los mismos cajeros colocaron un dispositivo de grabación con micro-cámara oculta vinculada a una tarjeta de memoria y camuflado para la captura del número PIN de seguridad de las tarjetas de crédito a medida que eran tecleados por sus propietarios en los cajeros.

Utilizando este procedimiento, los acusados obtuvieron los datos de la banda magnética, la numeración y el número PIN de las tarjetas de crédito o débito auténticas de 18 usuarios. Una vez obtenidos esos datos, los acusados los trasmitieron a terceras personas no identificadas, quienes, tras clonar las tarjetas, los utilizaron en el extranjero para efectuar compras y reintegros de las cuentas de los clientes perjudicados. El importe total de las cantidades que Caja Rural de Asturias ha abonado a los clientes es de 8.483,63 euros.