"Un matrimonio aparece en un anuncio de televisión de los años 60. El hombre llega del trabajo. La mujer le sirve la comida. 'Está muy rico", dice él. 'El mérito no es mío, es de Aceites Vetusta, responde ella". El presidente de la comisión cultural y directivo del Centro Asturiano de Oviedo, Ángel de la Fuente, guarda el vídeo como ejemplo de la pujante industria asturiana de la primera mitad del siglo XX, especialmente de las empresas que nacieron o se desarrollaron durante el primer tercio. Jabones y Aceites Vetusta fue una ellas y una de las primeras en publicitarse. Así, antes del vídeo usó otro tipo de soporte con el que llamar la atención. Por ejemplo, un azulejo de diseño Art Nouveau elaborado en los años treinta por la firma Valencia Industrial y una de las 33 piezas de cerámica que estuvo colgada en la antigua estación del Vasco. De la Fuente, que también es profesor del departamento de Geografía e Historia del IES Aramo y articulista de LA NUEVA ESPAÑA, ofreció ayer por la tarde una conferencia en la sede de la calle Uría del Centro Asturiano bajo el título "La actividad comercial ovetense retratada en los azulejos de la estación del ferrocarril Vasco-Asturiano". Un asunto sobre el que ha publicado varios artículos en este periódico.

El profesor está de actualidad además por el salto que dará a la política. Irá en la candidatura del PP para las elecciones municipales, de la que Alfredo Canteli, expresidente del Centro Asturiano, es cabeza de lista. Desde la primera fila del salón siguió Canteli la conferencia de quien durante años le acompañó en el club del Naranco y que le sigue ahora en la política. De la Fuente prefirió no hablar sobre su nueva etapa, pero sí valoró la candidatura de Canteli. "Es un acierto pleno para Oviedo por su honestidad, trabajo y buena gestión. Hasta el actual alcalde, Wenceslao López, manifestó en las fiestas de la Santina de 2016 que le gustaría que el Ayuntamiento funcionase como el Centro Asturiano. La ciudad gana con él".

De la Fuente aseguró a este periódico que "es de justicia restaurar los 20 azulejos de la estación del Vasco que faltan" con el objetivo de mostrarlos al público. Sólo 13 de las 33 cerámicas que estaban en el Vasco fueron recuperadas y reparadas después del derribo de la estación. En la actualidad, están expuestas en la estación de tren (estación del Norte). En concreto, en la pasarela que comunica los andenes de vía estrecha con los de vía ancha. La veintena de azulejos que no llegó a repararse está almacenada y fuera del alcance público. "Hay un rumor que dice que los 20 azulejos están en un almacén de Nava", comenta De la Fuente. Entre los que se han recuperado, los hay de industrias como Destilerías el Norte, Ursus y Chocolates Agustina.

El Vasco estaba entre las calles Jovellanos y Gascona y fue demolido en 1989 para urbanizar el gran solar resultante. La medida generó polémica ciudadana porque, para muchos, fue una pérdida irreparable del patrimonio cultural y arquitectónico ovetense, en el que destacaba la colección de azulejos. Según el directivo del Centro Asturiano, "la demolición de la antigua estación y de su cantina modernista fue un error de bulto".

De la Fuente preparó más de treinta páginas para su conferencia, una amena y didáctica charla cargada de anécdotas en la que explicó, a partir de los azulejos, el desarrollo del comercio ovetense. Ente las cerámicas perdidas, De la Fuente destacó las del "Café Peñalba", "Sombrerería Albiñana" o "Camilo de Blas".

A su juicio, las piezas permiten corroborar la importancia que tuvo en la época la industria mecánica y la agroalimentaria, la fabricación de jabones, pinturas, lacas y barnices, la construcción de muebles y decoración, la vivienda burguesa, los electrodomésticos o la sanidad. E incluso cree que los azulejos reflejan a la perfección el crecimiento espacial de la ciudad durante el cambio de siglo. Algo que "se plasmó en las leyes que regularon los ensanches". Tal afirmación se aprecia en las leyendas de los azulejos, en las que aparecen muchas calles. "La relación de vías nos ayuda a localizar el casco histórico y sus arrabales, la operación de reforma interior en la calle Fruela, cuello que une la cabeza histórica con la nueva ciudad, y el entorno de la calle Uría".