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Postales de ida y vuelta

La sagacidad y la inventiva de los funcionarios de Correos permitieron que llegasen a su destino misivas que apenas especificaban una dirección o lo hacían de forma errónea

Postales enviadas con direcciones erróneas, recogidas por la prensa.

Los hitos más relevantes de la historia del correo arrancan en 1716 en Gran Bretaña. En principio el coste de envío de cartas se fijaba por su peso y un siglo más tarde, en 1837, se modificó el sistema y se pasó a valorar por el números de cuartillas o folios enviados. En 1743 se crearon los apartados de correos. En 1764 se implantaron los estampillados y en 1871 aparecieron las postales.

En España, en 1762, se inició el reparto de correspondencia en Madrid con doce carteros de plantilla y en 1849 se estableció el sello. En Estados Unidos, en 1916, un hecho sorprendente modificó las tasas postales.

Un ciudadano del estado de Utah utilizó el correo como fórmula para transportar cuarenta toneladas de materiales para construir su casa, por ser más económico que por ferrocarril o carretera. Esto alertó a las autoridades postales del país para proceder a modificarlas y evitar éste tipo de abusos.

Oviedo tiene sede de correos desde 1958 en el edificio "La Jirafa". Anteriormente estuvo desde 1911 en Campomanes 3, y a principios del XX en Gil de Jaz 3. Históricamente, los empleados de Correos en España han ejercido su trabajo con una imaginación e intuición singular, capaces de descifrar cartas que eran verdaderos jeroglíficos para hacer llegar a sus destinatarios las misivas. Existía una tradición muy arraigada hacia la mitad del pasado siglo, sobre todo en Extremadura y Andalucía, de enviar cartas con textos que sólo una buena imaginación podía interpretar sus enrevesadas direcciones. Al diario "La Voz de Asturias" le llegó por Correos en agosto de 1968, una carta remitida por un joyero de Bilbao dirigida al diario El Carbayón de Oviedo, que había desaparecido 32 años antes, al estallar la guerra civil en 1936. En el sobre se incluía el texto de un anuncio para su inserción en el diario destinado a su publicación los días, 6, 7 ,8 y 9 del citado mes. El funcionario de turno eligió ese periódico y no LA NUEVA ESPAÑA o "Región", ya que igual consideró que, como "La Voz" había sido heredera del "El Correo de Asturias" podría igualmente serlo del "Carbayón".

El baile de "La Herradura" en el parque San Francisco de Oviedo fue famoso entre las décadas de 50 a 70 del pasado siglo, hasta el punto de conocerse más allá de nuestras fronteras regionales. Así lo atestigua la carta que recibió la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), en agosto de 1966, enviada por Claudie Devalacq desde París con la siguiente dirección: "Restaurante Cerro Gordo. La Herradura. España".

La carta, en principio, iba a ser devuelta por la SOF al domicilio de Claudie en París, finalmente fue localizado el destinatario correcto en el pueblo de "La Herradura" en las proximidades de Almuñécar (Granada).

Otra postal curiosa fue la recibida por un periódico ovetense en agosto de 1972, remitida desde Nueva York por Marilyn Kohler, en un sobre en cuya portada figuraba una foto de tres jóvenes y la dirección "Plaza de Toros de Oviedo". Al parecer unos turistas americanos habían hecho la foto de unos jóvenes en la citada plaza el 21 de septiembre, día de San Mateo del año anterior.

Siguiendo el viejo adagio de "sólo se pierden las cartas que no se echan al buzón" y gracias a la sagacidad y perseverancia del personal de Correos de Oviedo se localizó a los destinatarios, después de que la foto fuese vista por la plantilla de la Administración de Correos. Un funcionario descubrió la identidad de uno de los integrantes de la foto y la tarjeta pudo ser entregada.

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