"Este equipo de gobierno no podrá ejecutar prácticamente nada de inversiones este año". Así de rotundo se mostró ayer el Alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López después que el tripartito aprobara inicialmente el presupuesto municipal para 2019 con 40 días de retraso y la abstención de la edil socialista Ana Rivas. El regidor justificó la orientación del voto de Rivas como una forma de "mostrar el malestar" por la tardanza del edil de Economía, Rubén Rosón, a la hora de tramitar las cuentas, y este interpretó la decisión de su socia de gobierno como "una venganza" por su rechazo al proyecto del área central propuesto por el Gobierno regional, del PSOE.

López asumió la postura crítica de Rivas como "propia de todo el gobierno", pues recordó que las áreas de la concejala de Infraestructuras son las más damnificadas, aunque la responsabilidad en los retrasos es compartida. "A pesar de que su área trabaja intensamente, sus proyectos se quedan fuera por uno o dos meses por culpa de los retrasos", indicó. Preguntado por las teorías "vengativas de Rosón", el Alcalde decidió pasar al ataque. "Busca justificaciones que no vienen al caso por su falta de eficacia", dijo después de lanzar otra puya al concejal. "Si todos hiciéramos los deberes a tiempo quizás los demás también los harían", declaró.

Estas declaraciones llegaron después de que Rosón destacara lo inaudito de la postura de Rivas. "Es la primera vez que un miembro del equipo de gobierno no aprueba las cuentas", subrayó el concejal de Economía para luego mostrar su incomprensión por la decisión. "No entendemos la abstención salvo que sea una suerte de venganza por que Oviedo no haya votado el proyecto de área metropolitana central de Lastra", apuntó.

No solamente los socialistas pusieron reparos para dar luz verde al proyecto de presupuestos. Tanto el Alcalde como IU supeditaron su apoyo a acelerar el plan financiero exigido por el interventor municipal para dar luz verde al proyecto de Rosón. El edil accedió a esta petición y esto implica que las cuentas, que prevén incumplir el techo de gasto en 14,5 millones, deberán ser modificadas desde el minuto uno de su aprobación. "Preferimos apoyar esta opción que empezar de cero porque el retraso sería mayor", explicó el concejal de IU, Iván Álvarez.

En lo que sí coincidieron las tres fuerzas fue en valorar positivamente el carácter social del proyecto. "Cuadriplicamos las ayudas sociales, pagamos 15 millones de deuda, además de mejorar y aumentar los servicios públicos", valoró Rosón, quien justifica la fórmula de aprobar un presupuesto para luego modificarlo como la única alternativa para elevar el gasto ante las restrictivas normativas estatales. Algo compartido en parte por el Alcalde, quién culpó a la nueva ley de contratos de demorar las inversiones.