Nacer mujer en el Congo es ser una luchadora desde el primer día que se sale del vientre de la madre. Lo aseguran los misioneros de la ONG Manos Unidas Juan Antonio Fraile y Lwanga Kakule, que esta semana visitaron Oviedo con motivo de la celebración del sesenta aniversario de este colectivo y para reclamar al Primer Mundo más ayuda para "las luchadoras congoleñas".

Este año el eslogan de Manos Unidas va dirigido a "La mujer del siglo XXl", que, según explica Fraile, "no tiene oportunidades si nace en países como el Congo, nosotros tenemos la obligación de actuar contra las desigualdades", resalta.

El Congo, que lleva en guerra desde el año 1996, es uno de esos lugares en los que los misioneros se afanan por dar una oportunidad a todos los que no la tienen simplemente por el hecho casual de haber nacido ahí. "Si eres mujer, en el Congo sabes que vas a estar luchando siempre por la supervivencia, para poder estudiar, para poder alcanzar un puesto de trabajo. Para todo", concreta Kakule, que además de misionero es maestro y periodista.

El reconocimiento mundial a las mujeres congoleñas, como es el caso de Caddy Adzuba, que recibió el premio "Príncipe de Asturias" de la Concordia en 2014, son los gestos que convierten en noticia la realidad del Congo, "esa que a veces nos es tan ajena porque sabemos que está en la otra punta del mundo", asegura Fraile.

Y es que este misionero nacido en Madrid asegura que es muy duro observar cómo los congoleños ven "a los perros de los europeos y aseguran que quieren ser como ellos", porque el miedo a morir está ahí y porque mirar hacia Europa es "la oportunidad que todos quieren alcanzar".

Estos dos misioneros combonianos, Lwanga Kakule, congoleño destinado en Colombia, y Juan Antonio Fraile Gómez, destinado en la República Democrática del Congo, quieren concienciar al mundo de la necesidad de ayudar a las mujeres del Congo, y en ese viaje de concienciación de la sociedad han hecho parada en Asturias. "El ébola está matando a miles de personas en el Congo y nadie se preocupa; sin embargo, cuando hace años una mujer se infectó en España precisamente por ayudar a la gente que lo padece, fue dramático. La noticia salió en todos los medios durante meses. Es increíble cómo nos importa o nos es indiferente la muerte de las personas dependiendo de dónde fallezcan", explican los misioneros.

Manos Unidas cuenta con diferentes proyectos en Asturias, pero es precisamente en Oviedo donde se desarrollan los más ambiciosos. Ahora se está trabajando en la construcción de una escuela en Mali y donde van a poder acudir a estudiar mujeres cuyas edades no superen los 25 años. Son acciones que "son imprescindibles", explican, mientras analizan la situación bélica del Congo, uno de los países más ricos del mundo en minerales, pero donde "ni siquiera puedes cultivar tu campo para vivir", explica Fraile. Ana Vázquez-Prada, coordinadora de Manos Unidas Asturias, considera que los discursos de los misioneros son "imprescindibles para hacer llegar el mensaje a la gente", y precisamente el pasado día 6 estos dos misioneros ofrecieron una charla en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en la que analizaron la situación de la mujer en el Tercer Mundo. Ahora, ya de vuelta a sus países, donde siguen trabajando en favor de los que más lo necesitan, confían en que "el Primer Mundo deje de cerrar los ojos y se dé cuenta de que el ser humano debe ser generoso con aquellos que no tienen sus oportunidades", rematan.