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MERCEDES GONZÁLEZ | Concejala de Educación en Oviedo (Somos), abandona la política

"Dejo la política decepcionada y porque tengo cáncer y no puedo estar a tope"

"Sé que Oviedo es una ciudad conservadora, pero creo que eso no quiere decir que no se evolucione o no se vean las cosas de otra manera"

Mercedes González, el pasado jueves, en el mercado del Fontán. IRMA COLLÍN

-¿Lo deja?

-Así es. He tenido que compaginar el trabajo de estos años con el diagnóstico de un cáncer y no puedo estar a tope, se me hace difícil ir al cien por ciento, aunque no es el único motivo, siento una gran decepción del mundo de la política. El enfrentamiento absurdo me cansa porque no lo comparto.

Mercedes González (Oviedo, 1954), concejala de Educación del Ayuntamiento de Oviedo. Nunca se afilió a Podemos, aunque fue en la lista de Somos, su marca local en la ciudad, y asegura que les votará el 26 de mayo. Madre de tres hijos, es médica y está retirada desde los 40 años por una fractura vertebral. De aspecto frágil, pero de fuertes convicciones, fue presidenta de Cáritas en Asturias. Creyente a su manera, serena, implicada con las causas que defiende y siempre leal a los suyos, si no "no podría dormir", asegura. Ahora anuncia que no repetirá en el cargo. No se presenta.

-Siempre dijo que venía por cuatro años.

-Sí, pero ahora me doy cuenta de que los procesos administrativos no te dejan ver hechos realidad muchos proyectos. Espero que la persona que asuma el cargo logre cerrar algunas cosas que quedan por hacer.

-Siempre estuvo vinculada a la izquierda, ¿por qué no se afilió a Podemos?

-Yo no estoy afiliada a nada porque creo que las dinámicas de los partidos dificultan mucho las relaciones de gobiernos, como este nuestro del tripartito. Me gustaría que hubiese una candidatura de unidad popular en Oviedo. Nunca me afiliaré a un partido.

-El PP decía que no había demanda para abrir más tiempo los colegios en verano y usted amplió el servicio a treces semanas. Se apuntaron ocho mil niños.

-Una de las prioridades para mí era mejorar la vida de las familias, por eso aposté por mejorar el sistema de becas, que el PP gestionaba sin tener en cuenta los ingresos por unidad familiar. Era un sistema totalmente injusto. También instauramos los desayunos y la atención temprana en un afán de conciliación, y aplicamos el mismo sistema siempre vinculado a la renta también para las becas de los libros de texto. Abrir en los periodos no lectivos los colegios es muy importante porque hay que adaptar los horarios de trabajo a los escolares y tenemos la responsabilidad de aplicar paliativos. En verano se cubren las plazas y hay flexibilidad para que los niños vayan en periodos de semanas, quince días o meses. Mucha gente manda a sus hijos sólo para que puedan desayunar. Se habla de que se está saliendo de la crisis, pero hablando con los colegios te das cuenta de que no es así.

-El Alcalde le llamó guaja por solicitarle por escrito las competencias para ejecutar las obras en colegios. ¿Aquello le dolió?

-Mucho, pero hay ahí un quedar bien con el partido que a veces te hace decir ciertas cosas. Wenceslao López sabe perfectamente que Educación no tiene competencias en obras, nunca jamás pasó por aquí un expediente de una obra.

-No cobró sueldo en política ni dietas.

-Nunca cobré nada. Desde el día que me asignaron la pensión consideré que aún puedo prestar un servicio a la sociedad. Así logro mantener la coherencia, que para mí es lo más importante en la vida, estar en paz conmigo misma. Me da igual que piensen que soy tonta.

-Usted se empeñó en traer la Universidad Popular a Oviedo.

-La Universidad Popular la había en casi todas las ciudades, en Gijón y en Avilés. Me pareció que ese aprendizaje de la vida no se debe acabar nunca. Pero ahí volví a encontrar un grandísimo obstáculo: en Oviedo no hay espacio para nada, por eso ocupamos el Pavo Real. Es cierto que el local no está bien y mientras no se acabe la obra del quiosco hay goteras. Me duele no dejarla consolidada y con una sede de más dignidad.

-Se atreve a hacer un pronóstico electoral para los próximos comicios.

-Yo, que soy del Oviedín del alma y se meten mucho conmigo por eso, sé que Oviedo es una ciudad conservadora, pero creo que eso no quiere decir que no se evolucione o se vean las cosas de otra manera. Desde la crisis la gente no vive tan bien y tienen que valorar todas las medidas que se implantaron para mejorar la calidad de vida de la gente, porque, antes o después, a todos nos toca. Y si para gobernar tienen que sumar las fuerzas de izquierdas, que sepan llegar a un pacto y respetarlo. Hemos llevado la Escuela de Salud a los barrios, donde faltan sillas para asistir a las charlas, y después de veinte años de despropósitos renovamos la gestión del albergue de perros con sacrificio cero. La gente debe valorar esas cosas.

-En estos cuatro años de tripartito, ¿qué socio le ha decepcionado más?

-Izquierda Unida. Yo al PSOE lo conocía menos y no tenía tanta expectativa de entenderme bien. Pero a IU los conocía de estar en la calle defendiendo derechos, y ciertas conductas de ellos me decepcionaron, sobre todo por no ir de frente.

-¿Y ahora qué?

-Pues fue una experiencia que me mereció la pena. Ahora tengo que plantearme un poco la vida, este tratamiento me está costando bastante, pero no pararé y espero encontrar un sitio donde pueda aportar.

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