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Un donativo de media tonelada

Mercedes Valdés, dueña de la desaparecida imprenta La Magdalena, cede el material escolar a los campamentos de refugiados del Sahara

Un donativo de media tonelada

Media tonelada de material escolar es la donación que ha realizado la propietaria de la antigua imprenta La Magdalena de Grado, Mercedes Valdés Cano, para enviar a los campamentos de refugiados del Sahara a través del grupo de voluntarios municipal y de la Asociación Asturiana de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, encargada de llevar la ayuda humanitaria a la zona. "Lo recibimos con muchísima alegría, estos actos no pueden quedar en el olvido y debemos agradecerlo porque ella ni quería que la refiriésemos, pero es la protagonista del donativo", comenta Álvaro García, miembro del grupo de voluntarios de Grado.

Hace unas semanas, Valdés acudió al palacio Fontela, donde el grupo de voluntarios tiene su sede de trabajo, y les ofreció el donativo. Podían llevarse todo el material escolar almacenado en la clausurada papelería, uno de los comercios de referencia en la villa moscona. "La tienda lleva más de ocho años cerrada y los materiales cada día van a peor por el paso del tiempo, podría darlo a gente que me ofrece dinero por ello, pero creo que es mejor hacer una buena obra", explica Valdés, que nació en Pravia aunque lleva 54 años residiendo en la villa moscona, donde se casó con Cesáreo Fernández-Villamil Fernández-Barbón.

Y dicho y hecho. En dos días, los voluntarios se llevaron más de 500 kilos de material escolar, desde libretas y carpetas a reglas, gomas, lapiceros y bolígrafos, folios, mochilas, sacapuntas... "Había incluso paquetes de libretas aún sin abrir", detalla García. Y aún quedaron algunos objetos en la tienda, como los típicos detalles de boda y comunión, que, como dice la dueña, son cosas que no van a hacer ningún servicio. Sí que quedaron algunos libros de texto u otros materiales, que Valdés guarda por si los necesita otro colectivo.

Valdés decidió donar los materiales a los campamentos del Sahara porque entiende que serán mejor empleados por los niños: "Estoy muy contenta de que sea para ellos; de todos modos, dejé algunas cosas por si otro colectivo, como Cáritas o una ONG, necesitan algo". Además, felicita al grupo de voluntarios de Grado por su trabajo, que conoció de primera mano al ofrecer el donativo en el palacio Fontela, cuando se afanaban con la campaña de reparto de alimentos en Navidad: "Tienen mucho mérito, trabajan fuertemente y hacen muy buena labor", afirma.

Tan buena como su donación, que llenó de alegría a los voluntarios por lo inesperado y por la cantidad de material que recogieron. Y esperan que cunda el ejemplo entre otros moscones, quienes se han implicado hasta ayer por llevar alimentos, productos de higiene y ropa para el Sahara.

"Después de la campaña de Navidad iniciamos la del Sahara y, ahora, a través de la concejalía de Cooperación Internacional, se entregará lo recogido a la asociación del Sahara, que es la encargada de enviarlo a los campamentos de refugiados", declara García.

Y los voluntarios seguirán con su programación de actividades, centrada en el reparto de alimentos entre las familias más desfavorecidas del concejo. Una labor que hacen a través de Servicios Sociales, que envía el listado de beneficiarios. Ellos se encargan de hacer los paquetes y de repartirlos entre los usuarios.

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