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Un sidru con corazón de mujer

Cristina García Taboada, la primera fémina que se viste de guirriu, rompe una tradición que dictaba la exclusividad para los hombres

Cristina García se enfunda el traje.

Cristina García Taboada lleva Los Sidros y Les Comedies en la sangre. Era solo una niña cuando, en 2005, la asociación "El Cencerru" recuperó la tradición en Valdesoto. Desde entonces, asistió a las representacioines en las que su madre era -y sigue siendo- una de las protagonistas, y hace cuatro años que encarna el personaje del Lazarillo. Pero ha sido este año en el que ha dado un paso que supone un hito en la tradición de los sidros. Ha sido la primera mujer en encarnar a uno de estos personajes, cuyos trajes debían enfundarse los hombres por mandato de la tradición. Fue el pasado mes de enero, en el municipio gallego de Viana do Bolo, y lo consiguió gracias a su insistencia y a unos tiempos propicios a las reivindicaciones de las mujeres.

La comedia de Valdesoto de este año estaba centrada, precisamente, en la igualdad, y Cristina García planteó un argumento que, finalmente, resultó irrefutable: no se podía reivindicar algo en la comedia y no cumplirlo en la vida real.

Consiguió entonces su objetivo y lo disfrutó enormemente, aunque se sorprendió mucho por las limitaciones del traje, que quita visibilidad y dificulta los movimientos. Pero todo ello no fue obstáculo para que lo disfrutara extraordinariamente. "El desfile se me hizo corto, lo pasé muy bien", relata. Con todo, Cristina García aclara que ella ha querido acabar con la tradición de que sean solo hombres quienes se enfunden los trajes de los sidros, pero no con la esencia de los personajes.

Sostiene que los sidros son personajes masculinos, y como tales tienen que seguir, llévelos quien los lleve. Ella siempre tuvo claro que quería que su sidru fuera uno más, sin distinciones que pudieran hacerlo femenino. "Yo no voy a cambiar el personaje, es algo que todos tenemos claro", asegura.

Al igual que en la comedia el personaje de "la Vieya" era interpretado en ocasiones por un hombre y, aun así, seguía siendo un personaje femenino, el sidru es un personaje masculino, por más que dentro lleve una mujer.

Cristina ha roto una barrera que la tradición les ponía a las mujeres en Valdesoto, y tiene claro que se ofrecerá en el futuro para encarnar a un sidru siempre que se la necesite. Porque el personaje, y eso es lo que le atrajo, es uno de los que tiene más "vidilla". Así lo veía a medida que iba creciendo y participando en desfiles y mascaradas protagonizadas por estos personajes.

Curiosamente, cuando era niña, lo sidros le daban miedo. Poco podía imaginar que muchos años más tarde sería ella el primer sidru que iba a llevar bajo el traje un corazón de mujer.

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