Un grupo de médicos psiquiatras del Hospital Doce de Octubre formará durante el próximo mes a psiquiatras asturianos para comenzar a aplicar terapia electroconvulsiva en el Hospital Monte Naranco de Oviedo.

El grupo de formadores estará liderado por Roberto Jiménez, jefe de sección del servicio de psiquiatría de este hospital madrileño, centro de referencia en España en tratamiento con electroshock. Esta terapia está indicada para los casos más graves, en los que los pacientes no han respondido a los psicofármacos ni a las psicoterapias, principalmente personas que sufren graves depresiones, trastornos obsesivos compulsivos o esquizofrenias. El ovetense Julio Bobes, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, asegura que la aplicación de esta terapia ofrece datos muy positivos en cuanto a la recuperación de los pacientes. "El 90 por ciento de los que se tratan con electroestimulación se recuperan, aunque puede haber recidivas".

Los enfermos suelen recibir el tratamiento a base de electroestimulaciones durante un periodo de entre una y dos semanas. A partir de ahí se analizan los datos, a través de los resultados que ofrece el electrocardiograma. Además, la ciencia ha avanzado mucho y ahora las dosis eléctricas son mucho más bajas y se aplican con una sedación, para que el paciente casi ni se entere. "Al enfermo se le colocan una especie de cascos a la altura de los parietales. No hay que pincharle ni administrarle nada. Se aplica la sedación y tras el tratamiento se puede marchar a su casa", concreta Bobes.

En Asturias, al igual que en el resto de España, la sanidad pública dejó de utilizar esta técnica porque fue muy denostada, debido a que se utilizó para dar electroestimulaciones en los testículos a los homosexuales, considerando que ésta era una forma de "curación". También se aplicó en algunas cárceles y como medida de presión para que los criminales contasen la verdad. Sin embargo, los médicos psiquiatras siempre han defendido la necesidad de recuperar la electroestimulación en el sistema público, ya que, como asegura Bobes, "es una técnica que salva a muchas personas de un final trágico".

Las enfermedades mentales graves condenan a muchos enfermos a estar medicados de por vida, aunque no todos responden igual a los psicofármacos ni a las terapias. Es entonces cuando se baraja utilizar la electroestimulación. Cuando un paciente se somete a ella se le rebaja la medicación, dejándole solamente los relajantes para que puedan descansar.

Los enfermos psiquiátricos responden a la medicación en un 70% de los casos, pero hay enfermos de mayor gravedad donde se necesitan otras terapias. Julio Bobes concreta que existe un gran desconocimiento en la población en general de las terapias electroconvulsivas, pero que son necesarias. Es más, aunque la Seguridad Social dejó de trabajar con electroshock, en la clínica San Rafael en Oviedo siguió aplicándose la técnica.

Pero no todo son testimonios favorables. El catedrático de Psicopatología y Técnicas de Intervención en la Universidad de Oviedo y doctor en Psicología Marino Pérez se muestra muy cauto a la hora de opinar sobre los beneficios de la electroestimulación y asegura que las descargas pueden ocasionar otros efectos secundarios en los pacientes: "Hay teorías que aseguran que no es una técnica inocua". Marino Pérez asegura que la electroestimulación debe ser siempre "la última opción para el enfermo, ya que no deja de alterar los circuitos cerebrales".

Asturias comenzará a ofrecer este tratamiento una vez termine la formación de los profesionales.