En 2007 publicó su primer disco con su banda, los "Crazy Lovers", y vendió nada menos que 5.000 copias. Pablo Valdés es un tipo que viste de negro, que ríe mucho y que es tan trabajador como optimista. Acaba de publicar su noveno trabajo discográfico, "A todo gas", grabado en directo, un repaso a diez años de carrera.

- ¿Qué es "A todo gas"?

-Un resumen para celebrar diez años con la banda. En realidad, el primer disco con los "Crazy Lovers" es de 2007, pero soy un empanao y me di cuenta tarde, así que lo grabamos en febrero de 2018 y lo sacamos a finales de año. Coordinar a toda la banda para grabarlo en directo y luego editarlo en el estudio fue complicado. Además, en verano tuvimos que parar porque había mucho curro y no podíamos ir al estudio.

- Hay tres Pablo Valdés, el que toca con la banda, el que toca solo con su guitarra y el que hace versiones.

-No nos queda otra. Enero y febrero son más tranquilos, pero en verano y en diciembre estamos a tope. Hay temporadas que hay que hacer mucho curro de supervivencia y tocar versiones en garitos. Tienes dos opciones, hacer sólo tus canciones o apuntarte a todo, yo decidí hacer lo último.

- ¿Estará más cómodo con sus canciones imagino?

-Sí, claro. Las versiones ya las tocas sin ningún tipo de fe y cuando tocas las tuyas estás poniendo el alma.

- ¿Son conciertos distintos?

-Depende. Hay bares en los que si la barra no está al lado de donde estás tocando y la gente que te está viendo está al concierto y ahí puedes tocar canciones tuyas porque están interesados. Hay otros locales en los que tocas al lado de la barra y la gente está a lo suyo. De todos modos, siempre meto algunas composiciones propias.

- ¿Cómo han ido estos diez años?

-No me puedo quejar. Podría exigir más, pero sobrevivo de tocar. Con algunos parones de algunos meses, llevo más de diez años viviendo de la música. Estudié Telemática en Viesques, aunque no lo acabé, y luego sí que hice FP de Técnico de Sonido en el Cislan. Curré algunos veranos de técnico de sonido en los cursos de La Granda.

- Son muchos los que opinan que usted debería estar tocando por toda España.

-Yo también lo pienso. En 2007 lo estábamos haciendo, sonábamos en un montón de emisoras y tocábamos por todo el país, estábamos despegando, pero llegó la crisis en 2008 y lo cambió todo. Tuve que empezar a tocar sin banda y pasar por el aro de las versiones, tuvimos que replantearlo todo.

- Las versiones dan de comer.

-En Asturias o tocas versiones o no tocas. Aunque es cierto que ahora está empezando a cambiar un poco. Creo que el público se está cansando y quiere cosas nuevas. Yo toco a Sabina, Loquillo o Fito, pero si una persona va al mismo garito a la semana siguiente se encontrará a Pablo Moro e Ivo Pérez haciendo las mismas canciones, y a la siguiente pueden estar Silvia y Gema o Fran Juesas tocando las mismas. Al final si repites bar los fines de semana acabas escuchando las mismas canciones tocadas por diferentes intérpretes. Por eso creo que la gente se está empezando a abrir a cosas nuevas.

- ¿Cree que aún está a tiempo de triunfar a nivel nacional?

-Por supuesto. Estoy en mejor forma que nunca en todos los aspectos, cantando, tocando y componiendo.

- ¿Habrá pronto disco con canciones nuevas?

-No lo sé. Hay material, supongo que me calentaré y acabaré haciendo algo este año.

- No parece mal año, hay muchos grupos sacando disco.

-Hay muchas cosas interesantes en España. Están sonando bandas nuevas como "Morgan", "La MODA" o "Alberto & García".

- ¿Usted encaja ahí, en ese mercado que va del indie a la cumbia y que se escucha en los festivales?

-Tengo un problema. Yo no soy indie y estoy jodido. Para los festivales de rock soy demasiado pop, para los de cantautores soy demasiado rock y en el indie no encajo. Es complicado encontrar el sitio, pero las modas pasan y yo seguiré. Aunque igual me da el siroco y el año que viene acabo sacando un disco indie, no tengo ni idea.