"En ausencia de normas internacionales, cada Estado decide si admite o no la llegada de extranjeros a su territorio". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Javier Andrés González Vega, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Oviedo, que pronunció la charla titulada "Migraciones: mitos y mistificaciones", organizada en colaboración con la Fundación El Pájaro Azul, la Universidad de Oviedo y la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo.

González Vega se preguntó si realmente existe una voluntad política real para regular el fenómeno migratorio. "Desde 1990 hasta la fecha no ha habido cambios en el estatuto de la convención de 1990, a la que sigue sin pertenecer ningún Estado receptor de mano de obra; eso es parte del problema", señaló el especialista, que ha trabajado como asesor de la representación permanente de España ante la Unión Europea. El profesor dejó claro que existen nichos de empleo en el que pueden tener cabida inmigrantes. Tampoco pasó por alto la necesidad de trabajadores que tienen los países europeos, atendiendo a la evolución demográfica negativa.

González Vega centró su análisis en demostrar que el fenómeno de la inmigración se mueve en un marco jurídico deficitario. También abogó por distinguir entre migrante y refugiado, así como por llevar a cabo un planteamiento riguroso sobre la supuesta inseguridad del fenómeno migratorio.

El catedrático se refirió a las mafias que trafican con seres humanos y a la necesidad de facilitar la integración de los inmigrantes. El conferenciante fue presentado por Ana Esther Velázquez Fernández, vicepresidenta de la Fundación El Pájaro Azul, quien aclaró que la ONG que preside Inmaculada González-Carbajal "no pretende hablar por los africanos, que tienen su propia voz; el objetivo es mejorar su vida", indicó.