La diócesis de Oviedo ya cuenta los días para culminar un largo proceso iniciado hace dos décadas por el entonces Arzobispo, Gabino Díaz Merchán. La Catedral es el lugar elegido para la ansiada ceremonia del próximo día 9 de marzo en la que se procederá a la beatificación de los nueve seminaristas asturianos "asesinados por odio a la fe" en Octubre de 1934 y la Guerra Civil, que el pasado 7 de noviembre fueron declarados como mártires por el Papa Francisco.

El cardenal Angelo Becciu, al que el santo padre comunicó la decisión de reconocer como mártires a los religiosos hace tres meses, presidirá la ceremonia. El acto supondrá todo un hito para el proceso impulsado por la diócesis de Oviedo tras haberse perdido en Roma la documentación relativa a los casos de las nueve víctimas.

Los mártires tenían entre 18 y 25 años cuando fueron asesinados. La primera víctima fue el avilesino de 21 años Gonzalo Zurro Fanjul, el 7 de abril de 1934. Durante aquella fatídica jornada fueron también fusilados el lastrín Ángel Cuartas Cristóbal, subdiácono que estaba en quinto de Teología; el lenense de 19 años José María Fernández Martínez, estudiante de primero de Teología; Juan José Castañón Fernández, el más joven, de 18 años, estudiante de tercero de Teología; el tapiego Jesús Prieto López, de 22 años, y Mariano Suárez Fernández, entreguín de 23 años.

Los otros tres seminaristas fueron asesinados en plena Guerra Civil. Fue el caso del luanquín Sixto Alonso Hevia, quién había concluido tercero de Teología cuando empezó la contienda. Apresado, fue movilizado y enviado al frente del puerto de Ventaniella, entre Ponga y León. Allí, con 21 años, fue degollado "mientras clamaba a Dios".

Manuel Olay Colunga, noreñense, subdiácono, fue muerto de un disparo a distancia en el barrio ovetense de San Lázaro, el 22 de septiembre de 1936. Finalmente, Luis Prado García, se escondió durante la guerra con unos familiares que residían en Avilés. Descubierto, fue llevado a Gijón, y el 4 de septiembre de 1936 le pegaron once tiros.