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Cuando el dinero corría en Venezuela

Los empresarios originarios de Asturias solían reunirse en fiestas interminables para celebrar la - buena marcha de sus negocios

Cuando el dinero corría en Venezuela

Hablar hoy de Venezuela es casi obligado. El país atesora riquezas naturales, con explotaciones que dieron de comer y ayudaron a vivir a tanta población indígena y extranjera que se estableció por su cuenta en aquellos florecientes años, con beneficios para todo aquel que emigró.

Esta es una parte de mi historia de hoy, contada por un asturiano que tuvo negocios allí en aquella época, hoy ya lejana.

Muchos originarios de Asturias se conocían y de vez en cuando, se reunían para compartir lo bien que iban sus negocios. Así que, en una célebre ocasión se reunieron y acordaron ir a celebrar ese buen momento económico venezolano. Hicieron un almuerzo con los mejores manjares. Al acabar dividieron el importe de la cuenta y se fueron muy alegres a seguir la juerga a otra parte.

Esa otra parte fue a una animada "boite" donde la bebida y las chicas de alterne no faltaban. Me contaba aquel asturiano que entraron en este último establecimiento a las siete de la tarde y se levantaron de allí a las siete de la mañana.

Claro está, antes de iniciar su marcha, pidieron la factura de lo consumido y gastado. Tal factura fue a caer al lado de mi amigo y su total ascendía al cambio, a un millón de pesetas. Mi amigo quedó pálido ante aquel dineral y lo que hizo muy disimuladamente fue empujar la cuenta con el codo al siguiente compañero de mesa.

Se fue fijando en como aquella nota iba pasando de codo a codo, hasta que, por último, la vio enfrente de él. Afirma mi amigo que nunca supo quién pagó aquel dineral, porque ninguno de los allí sentados le pasó porcentaje alguno, de la misma forma que tampoco se enteró del generoso que había abonado aquel disparate de factura. Extraordinario aquel país, hoy escaso en medicamentos y principales artículos de alimentación, muy lejos, como decía al inicio, de aquellos momentos en los que la abundancia reinaba en todas las casas y establecimientos. Ahora volver a levantarlo les costará Dios y ayuda.

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