El público asistente ayer al Auditorio celebró la última actuación en Asturias del director Jaime Martín al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) con una sonora ovación al término de la "Sinfonía nº 6" de Dvorak, que dejó patente la buena sintonía existente entre los profesores de la agrupación y el director cántabro.

Clara Andrada, la flautista invitada para este programa de abono, fue asimismo muy aclamada por la interpretación que ofreció del "Concierto para flauta y orquesta" de Ibert. Es ésta una obra de gran dificultad y virtuosismo para el solista, que Andrada salvó con gran solvencia. Fue un segundo movimiento muy lírico al que Andrada supo imprimir su personalidad. La OSPA la arropó en todo momento.

Andrada dirigió unas palabras al público para mostrar su agradecimiento, antes de ofrecer "Syrinx" de Debussy como propina, también una obra muy expresiva, que parece ser su especialidad.

La OSPA ofreció una interpretación muy precisa en lo que al "tempo" se refiere en la suite de danzas de Bartók, con gran exploración de los colores musicales.

Martín, en esta obra, no apartó la vista de la partitura, al contrario de lo que ocurrió durante el resto del programa. Con Dvorak todo fueron alegrías, la interpretación destacó por la potencia sonora, traduciéndose en una sonora ovación.