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Los cultivos del Paraíso

Una menta poleo en Singapur

La planta, que se siembra en primavera, es digestiva, relajante, expectorante y reguladora de la menstruación

Un sobre de menta poleo. PELAYO FERNÁNDEZ

Para mi no había cosa peor que ir al colegio. El pánico a que llamase el profesor a la pizarra, los exámenes llenos de preguntas endiabladas, la pregunta fría del padre: "¿qué te pasó en física este mes, que bajaste? Por eso mi válvula de escape eran los libros de viajes. Los colonos en sus casas con porche y palmeras, cultivando cacao en la Guinea, copra en las Islas Salomón, canela en Ceilán, caucho en Indochina. Y por supuesto los whiskies en el Casino de Santa Isabel o en el Club de Tenis de Bata, las fiestas en el Hotel Continental de Saigón o en el Oriental de Bangkok. El hechizo del mundo colonial. La parte exótica del mundo, la atracción de los cultivos y de la vida de los trópicos.

Poco a poco, con las lógicas limitaciones del bolsillo, aprovechando sobre todo las ocasiones, fui conociendo los lugares de mis sueños de pubertad.

En un viaje en busca del café pude detenerme en Singapur, la puerta de Oriente, la joya que los ingleses nunca pensaron perder aunque todo se les acabó aquel día de febrero de 1942, cuando los japoneses alcanzaron la ciudad mientras los colonos blancos, con smoking ellos y vestidos de ceremonia ellas, bailaban ajenos a la inminencia del peligro en el mítico Hotel Raffles. Nada volvió a ser igual después. No se puede ir a Singapur y no pasar por el Raffles. Yo no tenía dinero para alojarme en él, pero sí podía visitarlo. Sabía que ya no había mujeres e hijas de colonos hermosas bailando al son de Cole Porter, ni encantadores de serpientes en el patio, y los sirvientes de turbante y levita blanca ya no iban descalzos. Ni me encontraría en el Long Bar a Somerset Maugham, ni a Manu Leguineche, ni a Graham Green, pero seguro que seguiría sonando el tintinear de los vasos de ginebra y, como no, las copas rosadas de Singapore Sling, el combinado inmortal creado para las mujeres y que tomaba todo el mundo. Me acerqué a la barra de caoba del Long. Vi los precios. Pedí una menta poleo.

La menta-poleo, o poleo, de nombre Mentha pulegium, es una de tantas mentas mediterráneas, y como el resto, aromática.

Le viene el nombre de Menta, amante de Plutón, que fue transformada en planta por Proserpina, su mujer. En cuestión de amores extrauterinos hay que andarse con pies de plomo. Se usa en infusión por su sabor, y es digestiva, relajante, expectorante, reguladora de la menstruación y posible ayudante a la erección. No se aconseja si hay problemas de hígado, riñón, o anemia, pues impide fijar el hierro, y durante la lactancia.

Se trata de una planta rizomática, que pervive en el terreno, por lo que basta con sembrarla una vez. Es amante del sol y necesita de humedad sin encharcar. Se siembra en primavera, o se multiplica por esqueje en otoño. No plantea dificultad alguna de cultivo.

Observé al público. Hace tiempo que la vulgaridad ha llegado a todos los rincones. En nada se parecían a los clientes imaginados del Raffles. Zapatillas deportivas, ropa común, voces, y millones de cáscaras de cacahuetes por el suelo. Como una tasca de las de antes.

Empecé a añorar el Balneario de Las Caldas, con su elegancia. Entablé conversación con una pareja joven sentada a mi lado. Indonesios de luna de miel. No conocían Europa, pero algún día lo harían. Al menos eso decían.

Él era gerente de una plantación de té, y querían probar el cultivo de la canela. Le pregunté todo, muriéndome de envidia. "Son cultivos normales, aburridos -me dijo él-. Nos encantaría conocer las fincas de Europa, los campos de trigo, los tulipanes, las montañas con vacas y ovejas, los pueblos nevados y las gentes con zuecos y trineos de un lado para otro. La Torre Eiffel. Y sus grandes partidos de fútbol." Me preguntaron por el euro. Les regalé un billete de cinco.

Quisieron pagármelos en rupias indonesias -unas noventa mil-. Les dije que no, que era un regalo. Tuve que aceptarles diez mil "¡Qué suerte tienen ustedes los europeos viviendo en la parte más exótica del mundo ¿verdad?!"

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