La agente de la Policía Nacional Victoria García forma a alumnos de Oviedo para evitar los peligros del mal uso de internet.
Bibi Sousa, alumna de sexto de Primaria del Colegio Pablo Miaja, de Oviedo, no quiere ni oír hablar de estar sin móvil un mes. Y cuando se le propone, se pone nerviosa porque ella usa el teléfono a diario. La realidad de Bibi no dista mucho de la del resto de sus compañeros de clase, donde todos, a excepción de tres, tienen un teléfono con el que se conectan a internet. Esta semana la policía nacional Victoria Fernández ha impartido en su clase una serie de charlas para proteger a los más pequeños de los peligros de internet. Las jornadas, bautizadas con el nombre de "Ciberexperto", pretenden llegar a todos los centros educativos de la ciudad y es que si hay una cuestión que preocupa hoy en día a padres, comunidad escolar y Policía es precisamente la seguridad en internet.
Uno de los temas que se trataron en las charlas del Pablo Miaja fue el ciberacoso, que se considera como tal cuando alguien envía mensajes degradantes o vejatorios sobre otra persona, cuando se propagan rumores en los chats o redes sociales que dañan a un compañero, cuando se publican fotos sin su permiso o se manipulan, cuando se distribuyen imágenes en zonas de uso no privado, cuando se crean perfiles falsos de otra persona o cuando se suben a la red vídeos sin consentimiento de quien protagoniza las imágenes.
"Cualquier persona puede ser víctima de ciberacoso", alertó la policía y los pequeños asistieron, porque aseguran que el acoso existe en las aulas y, por lo tanto, el ciberacoso también puede darse. "Me parece que la tecnología está perjudicando mucho a la humanidad", asegura Mateo Morales, que cree que abusamos demasiado de los aparatos tecnológicos y considera que los que pasaron su infancia jugando en la calle, "tienen mucha suerte". Ellos, que nacieron en plena era digital, son conscientes de que ahora la realidad es distinta de la que vivieron sus padres. "Mi hermano se vuelve loco cuando le quitan la consola o el móvil", explica Caridad Valle. Su hermano tiene siete años y ella, clavada una imagen en su retina. "Vi a unas chicas sentadas en un banco en el parque, no se hablaban, estaban con el WhatsApp", concreta.
Los niños manejan tecnología, pero no son conscientes de los peligros a los que pueden estar expuestos. Por eso, cuando Victoria Fernández les explica que el sexting consiste en el envío o publicación de imágenes eróticas en foros o chats, algunos levantan la mano y preguntan. ¿Qué es erótico? Es por estas cuestiones por las que los alumnos necesitan formación digital, control sobre su uso por parte de los padres, y que en sus tabletas y ordenadores se instalen controles parentales que no les permitan acceder a contenidos que no son propios para su edad. Explica Victoria García, que "una de las cuestiones que más nos preocupa ahora es el grooming". ¿Qué es?, pues el engaño al que se pueden ver sometidos muchos menores por parte de personas mayores en redes sociales, y que pueden tener intenciones más que dudosas con ellos. Detrás de estas solicitudes de amistad de desconocidos se puede esconder un pederasta. "Nunca debéis aceptar a gente que no conozcáis, o que no sea de vuestro ámbito cercano. No tengáis fotos en vuestros dispositivos ni en las cuentas, porque os las pueden hackear", concreta la agente. Y Bibi se echa las manos a la cabeza y asegura que ella acepta como amigos a todas aquellas personas que le solicitan amistad en redes sociales. Cuidado.
Victoria Fernández proporcionó buenos consejos a los alumnos de sexto, ahora hace falta que ellos se den cuenta de lo importante que es seguirlos para evitar el ciberacoso, el sexting y el goomer. De momento, aseguran que la lección les ha quedado clara y una premisa muy importante. "Si eres víctima de un acoso o ciberacoso, hay que denunciarlo a los profesores".
