Una banda de menores, entre cuatro y siete chicos y chicas, con origen en su mayoría en países latinoamericanos, pero también de Rumanía, provocó el pánico la madrugada del domingo en el Oviedo antiguo. La Policía les ha detenido.

Todo comenzó en la calle San Vicente, cuando los menores pidieron dinero a una pandilla que se negó. Fueron a por ellos, una chica apuñaló a otra, y a otro chaval le dieron una paliza y hasta le patearon la cabeza. Los agresores huyeron, y los agredidos, la chica y otro joven, llamaron a la Policía y a los servicios sanitarios. Eran alrededor de las cuatro y media de la madrugada del sábado al domingo cuando agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar de los hechos.

Una hora después, sobre las cinco y media, un vecino de Oviedo residente en Madrid, Antonio Díaz-Rubín, técnico de Cruz Roja, se encontró a un chico tirado en la plaza del Ayuntamiento. "Estaba convulsionando e intenté ayudarle", explica. En ese momento llegó un joven "y le dio una patada en la cabeza". Cuando Díaz-Rubín se levantó para increpar al agresor otros cuatro chavales, chicos y chicas, le cogieron por la espalda y le agredieron en la cara: "Fueron a por mí, me metieron los dedos en los ojos para sacármelos", asegura el hombre. "Me estaban cogiendo y pegando todos y tuvieron que llegar mis amigos para rescatarme", explica. Al parecer, también en esa pelea el joven que estaba en el suelo resultó apuñalado.

"Fue todo muy rápido y no pude ver nada, además de que me habían hecho daño en los ojos, pero sí que en apenas quince segundos llegó una patrulla de la Policía Local", narra el ovetense afincado en Madrid. Cuando llegaron los agentes el hombre les explicó lo que había ocurrido y que habían agredido brutalmente al chico que estaba en el suelo y que al parecer le habían apuñalado. "La Policía me dijo que les estaban buscando, que habían apuñalado antes a otra persona", dice Díaz-Rubín. La Policía Nacional también acudió al momento.

Mientras tanto, los agresores intentaron escapar de la plaza del Ayuntamiento, aunque finalmente fueron detenidos, gracias a que los agentes nacionales contaban con su descripción, al hilo del primer altercado.

La Policía Local tuvo que solicitar una ambulancia para atender al chaval, que permanecía tirado en el suelo. Antonio Díaz-Rubín, con la cara destrozada por los golpes y arañazos y con los ojos muy hinchados, fue caminando, acompañado por sus amigos, al servicio de Urgencias del centro de salud de la Lila, donde fue atendido de las heridas. Posteriormente se interesó por la salud del joven al que había intentado socorrer y le dijeron que había sido trasladado al Hospital Universitario Central de Asturias y que había tenido que ser operado por una herida de arma blanca.

La Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y citó a declarar a Díaz-Rubín, que acudió a Comisaría el domingo por la mañana.

El hombre relataba ayer lo ocurrido a LA NUEVA ESPAÑA y más que quejarse por las heridas en el rostro aseguró que lo que realmente le preocupaba eran "esos niños apuñalados" y el problema de inseguridad ciudadana.

El últimos suceso de estas características tuvo lugar el pasado mes de noviembre, cuando un hostelero de la calle del Rosal sufrió también una brutal paliza con puñalada incluida. La Policía Nacional detuvo días después a cuatro menores residentes en el centro tutelado de Loriana, junto a San Claudio. Estas detenciones se sumaron a la de otro menor que ya había sido arrestado por las fuerzas de seguridad en un primer momento como principal autor de las lesiones. Todos ellos eran conocidos en el Rosal "por sus continuos altercados y peleas".