Caridad Durruthy, la madre a la que le adelantaron el parto en el HUCA tras dar un falso positivo de éxtasis, sale a la calle pidiendo justicia. La manifestación se ha convocado para el próximo 4 de marzo, a las once de la mañana, en la puerta de la Consejería de Sanidad. Dice Durruthy que lo hace porque "no quiero que esto vuelva a ocurrir", y estos días está colocando carteles porque quiere "empapelar todo Oviedo". El caso de Caridad Durruthy ocurrió en el año 2017, cuando embarazada de treinta y cuatro semanas acudió a Urgencias del HUCA en estado de embriaguez. Ella alega que había bebido una copa de vino y que como no es consumidora de alcohol "se me había subido a la cabeza". Cuatro semanas más tarde volvió al centro hospitalario aquejada de molestias abdominales. Ahí es cuando le hacen un análisis de orina que da positivo en éxtasis. Pero el resultado no era fiable y así lo corroboró el contraanálisis. En la siguiente revisión, Durruthy queda ingresada y se decide provocarle el parto, pero ella se niega y se va, alegando que no puede dejar el coche en el parking tantos días y que necesita ir a su casa a preparar varias cosas para dar a luz. Al día siguiente, el 4 de octubre de 2017, se le induce el parto y nace Valentina. "Una niña muy querida y muy amada. Yo jamás he probado las drogas", asegura su madre. A los dos días, Durruthy recibe el alta, pero le comunican que su hija deberá de quedarse en el HUCA debido al positivo de éxtasis.

Finalmente, madre e hija se van a casa, pero el personal de Servicios Sociales vigila y controla a la familia, una situación que Caridad Durruthy considera "una injusticia enorme, un daño que no se puede reparar". El HUCA acabó admitiendo en enero de 2018 que el análisis había dado un resultado erróneo. Desde entonces Caridad Durruthy lucha por lograr una indemnización de 40.000 euros y exige que le pidan perdón. "Me hicieron salir del HUCA como una criminal", remata.