El alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, pretende dejar cerrada este mes -con tiempo suficiente antes de las elecciones de abril y mayo- la negociación con Defensa que garantice "al cien por cien" que los terrenos de La Vega reviertan al Ayuntamiento. Para ello -afirmó- mantiene todas las semanas varios contactos con el Ministerio y desarrolla un trabajo discreto que permite que haya "avances" como que el departamento de Margarita Robles le remitiera ayer mismo el borrador para la cesión demanial al Consistorio de la capilla y la nave-claustro del antiguo recinto fabril, o que Oviedo ya haya enviado a Madrid los criterios que, a su juicio, han de regir para negociar la tasación de los terrenos y que pasarían, entre otras cosas, por respetar la actual catalogación urbanística.

"Esto no es 'Sálvame' ni 'Gran Hermano'", subrayó el regidor para justificar su decisión de llevar con discreción la negociación sobre La Vega, algo que, según indicó, "no depende de que yo salga en los medios dando un abrazo a Margarita Robles". El regidor hacía así referencia a las críticas vertidas por la vicealcaldesa, Ana Taboada (Somos), sobre el hecho de que la titular de Defensa no aprovechara la visita de hace unos días a Langreo para acercarse a Oviedo y avanzar en el proceso de reversión de la Fábrica de Armas. A este respecto, López se mostró crítico con el proceder de Taboada, a la que acusó de "figureo" por pedirle explicaciones sobre la negociación "a través de la prensa" y no personalmente.

La marcha de las negociaciones sobre La Vega fue uno de los temas que se abordaron ayer al margen del orden del día en la Junta de Gobierno. Además, a instancias de Somos, el tripartito también trató la posibilidad de negociar con Defensa la adquisición de la antigua residencia de oficiales "Comandante Vallespín" del barrio del Milán. Tanto el PSOE como IU enfriaron el interés de Somos para que el Consistorio adquiera la propiedad -tasada inicialmente en 1,6 millones de euros- e instale en ella una residencia de estudiantes y un equipamiento social para los vecinos en el que se incluya una gran biblioteca. Los socios de la marca local de Podemos estiman que las características del inmueble limitan su uso y que, por tanto, el precio es desmesurado. Iván Álvarez, de IU, asegura que con el dinero que pide el Ministerio es posible adquirir locales más adecuados para atender las demandas vecinales.