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El entorno de la Catedral y Santullano, claves para conocer el origen de Oviedo

Los arqueólogos recomiendan planes específicos para buscar restos de la ciudad primitiva y revisar todo el material de anteriores excavaciones

El entorno de la Catedral y Santullano, claves para conocer el origen de Oviedo

Aunque han pasado más de doce siglos, el asentamiento que dio origen a Oviedo sigue siendo hoy materia de disputa académica. El "Oviedo regio", según una de las diez categorías que utiliza el arquitecto Víctor García Oviedo para analizar las distintas tipologías de la ciudad, hace referencia al nacimiento de la ciudad, al Oviedo medieval, al de Alfonso II, Ramiro o Alfonso III. Son pocas las huellas en la actualidad, pero la mayor parte de los arqueólogos están convencidos de que en el corazón del Oviedo redondo, en el entorno de la Catedral, y extramuros, junto a Santullano, se esconde todavía mucha información.

El arqueólogo Rogelio Estrada, responsable del descubrimiento de la fuente de la Rúa (siglo IV) durante los trabajos previos de la ampliación del museo de Bellas Artes hace diez años, incide en la falta información del "hábitat de la gente normal". "Tenemos monumentos, iglesias, palacios, pero, fuera de los potentados, está sin resolver el hábitat del conjunto de la sociedad". Son restos difíciles de rastrear debido al material perecedero (madera), pero, insiste, tanto esta cuestión como la laguna que va de los restos del siglo IV hallados tanto en Rúa como en el claustro de San Vicente invitan a hacer "excavaciones muy selectivas en determinadas zonas". "Hay espacios como los aledaños de Foncalada y los de Santullano que piden a gritos una intervención", razona. En el segundo caso, entre el templo y la fábrica de armas, antiguo convento de La Vega, Estrada precisa que hay al menos una gran necrópolis vinculada al monasterio, "pero también nos encontraríamos muy probablemente una instalación romana". En todo caso, resume, "por ahora son todo hipótesis; en vez de seguir jugando a hacer arqueología ficción hay que contrastarlo, y la única forma es abrir, porque por excavar está todo, no se puede decir que el asunto esté cerrado". Estrada pide, además, que los planes especiales y los catálogos del Antiguo incluyan, de forma interdisciplinar una apartado de arqueología.

El historiador César García de Castro, cuyas investigaciones concluyen que no cabe hablar de ciudad hasta finales del siglo XII y limita el asentamiento anterior a una comunidad monástica, cuestiona también las dudas arqueológicas. "De Oviedo", razona, "conocemos una parte, bastante en realidad, sabemos razonablemente cuál es la secuencia estratigráfica de Oviedo". Coincide, no obstante en que queda por conocer otra parte del entorno de San Pelayo y La Catedral, donde, admite, algunos sondeos pueden haber presentado indicios interesantes. García de Castro ve, en todo caso difícil un plan específico para excavar en Oviedo, como puede haber en Mérida, e insiste en que "la secuencia de ocupación de la ciudad la conocemos bastante bien; tenemos cierta seguridad pese que algunas cosas se puedan matizar". Más allá de lo arqueológico, recomienda mayor difusión internacional para el patrimonio histórico de Oviedo. "No existe una difusión en publicaciones que no sean de ámbito regional o nacional, lo interesante es subvencionar traducciones a otras lenguas".

Carmen Fernández Ochoa, catedrática emérita de Arqueología de la Autónoma de Madrid, figura destacada en la investigación de la romanización en Asturias, invita no sólo a intervenir en algunas zonas, sino, también, a recuperar una historia de todo lo que se excavó entre la Catedral, y el Palacio Arzobispal. Fernández Ochoa está convencida -"junto a la mayoría de mis colegas", precisa- de que antes de su fundación Oviedo "estaba en una vía importante claramente relacionada con el mundo romano". El problema es que no quedan "más que pequeños fragmentos". Por eso sugiere otras formas de búsqueda arqueológica. "Sería necesario", apunta, "un reestudio de todos los restos de las 'ruinas del Oviedo Primitivo', de todo lo de José Fernández Buelta y Víctor Hevia de los años cuarenta, ahí seguro que hay algo anterior". Fernández Ochoa lamenta, no obstante, que las campañas sigan al albur de la obra pública, privada y de la voluntad de los ayuntamientos. En eso también es tajante: "Hay Alcaldes sensibles y otros que no; si yo trabajé en Gijón es porque hubo personas que quisieron que trabajáramos, y también en Llanera".

El arqueólogo Jorge Camino no se muestra muy optimista con lo que todavía pueda aparecer en Oviedo. "La ciudad antigua está muy arrasada, en especial por un acontecimiento tan importante como el incendio de 1521. Luego llega la ciudad burguesa y una ciudad destruye a otra". Al margen de los restos integrados en la zona de La Catedral o San Tirso, explica, el problema es que en la parte culminante de la colina, en Rúa y Cimadevilla, "la roca emerge enseguida", y lo que surge es ya "plena o baja Edad Media". Distinta es la situación de Santullano donde camino si ve "un solar interesante", con posibilidades para los hallazgos arqueológicos. En concreto, expone, "en la casa sacerdotal se tocó poco". Más allá, Camino se lamenta de todo lo que fue desapareciendo entre los siglos XIX y XX. Pero eso son huellas que ya no volverán a aparecer.

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