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Los cultivos del Paraíso

El bambú de Susana Blair

La planta aporta un aire exótico al jardín y comienza a desarrollarse a finales del otoño | Es rica en fibra, minerales y vitaminas

Un plato con bambú. PELAYO FERNÁNDEZ

Aquel anochecer, en la piscina azul del Dewi Sri Hotel, en Bali, se bañaban dos chicas, sin duda pareja a juzgar por sus risas y arrumacos. A la derecha del agua, una gran pérgola albergaba el comedor. Había pocos comensales. Próximos a mí cenaban un hombre y una mujer. Él, sesenta años, calvo, barba cana y camisa de lino sin cuello. Acompañaba la comida con whisky. Ella, cincuenta y algo, de facciones atractivas aunque duras, y el pelo recogido con elegancia. Llevaba sandalias de lona y vestido de algodón marrón claro ceñido con un pequeño cinturón del mismo género. Sin acabar de cenar encendió un cigarrillo, aspiró el humo y miró pensativa para el hombre. Pude oír la mayor parte de la conversación.

"Es nuestra última cena, David. Ha sido una suerte conocernos estos días, hemos hablado de todo, nos hemos sincerado y acompañado. Cada uno de nosotros tiene una buena historia de soledad detrás, yo mi viudedad y la obligación de gobernar sola la plantación de Java. Tu, una vida viajera, con una novia en cada puerto, como corresponde a un buen marino, hasta que caíste en brazos de esa mujer que te ha llevado por delante. ¿Pero cómo se te ocurrió enamorarte de alguien mucho más joven que tu? Eso jamás funciona. Por supuesto ella te ha abandonado y ahora duerme feliz entre los brazos de un joven musculoso, mientras tu te derrumbas bebiendo tres botellas de whisky diarias para matar tu desesperación. Si, yo también tengo mis problemas, aunque la gestión de la finca o el vaivén del precio del tabaco en la Bolsa de Londres me ayudan bastante a soportar mi vida. Ahora quiero meterme también con el cultivo del bambú. Europa está despertando a su consumo".

El bambú (Bambusa arundinácea), es una gramínea, como el maíz o el trigo, espontánea en Asia, África tropical, Oceanía y Centroamérica, y expandido por el hombre por el mundo entero, principalmente por su exitoso uso en jardinería. No es exigente, presenta pocos problemas de salud, y aporta cierto aire exótico. Se puede plantar a finales de otoño o principios de invierno. El éxito está asegurado. Tanto, que lo que es una virtud puede transformarse en un inconveniente; una vez que enraíza en un suelo lo coloniza de tal modo que es muy difícil su erradicación. Existen cientos de especies, desde las que asemejan pasto a los ejemplares de treinta metros de altura. Todas ellas tienen su utilidad. Casas, barcos, puentes, muebles o papel. Destacan sus propiedades alimentarias y medicinales. Típico de la cocina de Oriente, es rico en fibra, minerales y vitaminas, ayuda a la salud de los huesos y cartílagos y protege el aparato digestivo. Combate el colesterol malo, y su riqueza en potasio lo hace un regalo para los hipertensos, pues bloquea el sodio. Una delicia vegetal.

Ella se llevó otro cigarrillo a la boca y él se lo encendió con un Ronson plateado. "Me agradas como hombre. Si no te estuvieses matando con la bebida tu y yo podríamos hacer un buen equipo. Una pena que estés esclavizado por una mujer que nunca volverá, que ya ni te recuerda. Borrarla con alcohol no funciona, David".

"Eres hermosa e inteligente, un regalo, pero yo no sirvo para esa vida, señora Susana Blair", dijo él con una sonrisa leve. "Además no quiero escapar de mi pasado. Y no tengo ganas ni capacidad ya para dormir con una mujer".

Ella lo miró con frialdad, no estaba acostumbrada a los rechazos. Respondió rápida: "Eso se lo debes al whisky. En realidad eres esclavo de ti mismo, no de ella. Al menos te honra que no la odies, ni vocees sus defectos".

"El odio es un error; dura mucho más que la felicidad del odiado", dijo él. "Y en cuanto al sexo, no es solo penetración. Una mirada, una sonrisa, estar juntos, compartir un proyecto, ese beso en el cuello, respetar al otro, quererlo? ese es el sexo que de verdad necesita una mujer", contestó ella. "Ya, ¿Y el adonis de Borneo que duerme contigo alguna vez?", pregunto él. "Tu le das al whisky; a las mujeres nos funciona todo perfectamente hasta el final, querido", concluyo ella.

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