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La mujer agredida por su hijo recibe el alta y se refugia en un domicilio secreto

El acusado muestra preocupación por su madre, pero dice que no se acuerda de nada: "Sólo sé que bebí cerveza y orujo fuerte con un amigo"

El edificio donde Antonio García vivía con su madre en la calle Lago Enol del barrio de Ventanielles. MIKI LÓPEZ

Carmen Roco, la mujer de 81 años que recibió una paliza de su propio hijo, Antonio García, la noche del 5 de febrero en la vivienda compartida por ambos en la calle Enol de Ventanielles, ya ha recibido el alta por las lesiones ocasionadas, pero ha pedido mantener en secreto su nuevo domicilio. Desde la cárcel, el acusado mostró preocupación por el estado de su progenitora. Allí mismo declaró que no recordaba nada de lo sucedido, salvo que se emborrachó con un amigo al que encontró por la calle cuando iba a comprar un termómetro.

La anciana está prácticamente recuperada de los golpes, que le afectaron incluso a la capacidad de hablar. Aun así, tras recibir el alta hospitalaria, pidió al juez no desvelar su nueva ubicación para evitar que su vástago conociera su nueva ubicación al menos hasta la celebración del juicio, a pesar de que este se encuentra actualmente en prisión preventiva. La mujer está pendiente de prestar declaración en el juzgado de instrucción número 1 de Oviedo estos días, según fuentes próximas al caso y actualmente se encontraría al cuidado de su otro hijo y hermanastro del agresor.

Antonio García también aguarda en la cárcel de Asturias para contar su versión en los juzgados. El hombre, de 59 años, hace preguntas sobre el estado de su madre, pero no llega a mostrarse arrepentido, pues insiste en carecer de recuerdos sobre lo ocurrido aquella noche. Sólo recuerda haber salido a la calle para comprar un termómetro tras llevar varios días con síntomas de fiebre. En el trayecto se encontró con un amigo y este le instó a tomar una cerveza. "Una llevó a otra y terminamos tomando orujo fuerte", explicó el varón para justificar el supuesto estado de profunda embriaguez que le habría llevado a golpear a su madre hasta dejarla tirada en "un charco de sangre", según explicaron fuentes policiales.

Atenuantes

La defensa del acusado ya ha pedido varios informes psiquiátricos para buscar una explicación a la conducta seguida por su cliente el día de los hechos. Recuerdan que cuenta con antecedentes penales por abandono familiar y daños a raíz de la quema de varios coches en Pola de Lena, aunque desmienten la existencia de antecedentes por violencia de género o violencia familiar como denunció en su día una expareja del procesado.

Fuentes cercanas al caso señalan que el hombre ya tuvo importantes problemas psiquiátricos en el pasado agravados por su afición a la bebida. "Tiene un problema grave con el alcohol", indican en relación a una situación a la que la defensa pretende aferrarse como atenuante para que, al menos, el agresor tenga que cumplir una pena menor de la establecida en el código penal por este tipo de delitos.

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