Alegría, emoción y perdón. Fueron tres de las palabras más repetidas por los alrededor de 130 familiares de los nueve seminaristas asturianos asesinados entre 1934 y 1937 que esta mañana fueron beatificados en una multitudinaria ceremonia celebrada en la Catedral de Oviedo con la asistencia de más de 2.000 personas.
El cardenal Angelo Becciu fue el encargado de oficiar la celebración en compañía del presidente de la Conferencia Episcopal, el Cardenal arzobispo de Valladolid Monseñor Ricardo Blázquez, y el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes. En la misma se culminó el proceso de beatificación aprobado el pasado 7 de noviembre por el Papa Francisco de los seminaristas Ángel Cuartas, Gonzalo Zurro, José María Fernández, Sixto Alonso, Manuel Olay, Luis Prado, Juan José Castañón, Jesús Prieto y Mariano Suárez.
Todos ellos son mártires de la Revolución del 34 y la Guerra Civil española. Tenían edades comprendidas entre los 18 y los 25 años cuando fueron fusilados por representar a la iglesia. Un sacrificio tenido en cuenta a la hora de convertirles en beatos junto al hecho de que a pesar de que eran sabedores de estar en peligro, declinaron huir de Asturias.
"Cada uno de ellos ofreció su vida por Cristo", declaró el cardenal Becciu, encargado de la Congregación de las Causas de los Santos del Vaticano durante una esperada homilía, que sacó las lágrimas de alguno de los presentes. "La pena es que mi madre no estuviera aquí para verlo", lamentaban algunos de los descendientes de los asesinados.