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La importancia de la buena alimentación

En una escuela infantil de calidad, todos los aspectos tienen relevancia. Por ejemplo, la alimentación, una cuestión que preocupa por igual a familias, pediatras, nutricionistas, educadores y todos los profesionales que de alguna forma participan en la nutrición infantil. Es importante que esta sea sana, que los pequeños se eduquen desde una edad temprana a comer una determinada cantidad de frutas y verduras e incluso que ingieran una cantidad de alimento concreta.

La alimentación es especialmente importante en los primeros años. Como dato anecdótico, el cerebro utiliza entre el 20 y el 30% de los nutrientes que diariamente se consumen. y en el caso de los niños sus necesidades de desarrollo son mayores que en cualquier otra etapa de la vida, sin que esto suponga en ningún caso que haya que sobrealimentarlos ni que ingieran un mayor número de calorías de las que realmente necesitan, algo que puede ser una de las causas de rechazo a la alimentación. A partir de los 12-18 meses, el crecimiento se va ralentizando y sus necesidades de energía también disminuyen

Es una realidad que los niños malos comedores suelen comer mejor en las escuelas infantiles, normalmente porque las educadoras y educadores no se ven tan afectados como las familias cuando los niños no comen. Mantienen la calma y ven este momento como un momento de aprendizaje, sin anticipar como los padres que ese momento se va a convertir en un problema. También son más realistas sobre la cantidad que deben comer los niños y utilizan más el refuerzo positivo que la llamada de atención a esa conducta que quieren erradicar. Además, el hecho de comer con otros niños en un ambiente normalizado favorece que la alimentación sea un momento más del día a día en la escuela, ya que aprenden también por imitación. En un ambiente sin distracciones, los niños comen a la vez, y sin prisas, y el personal de las escuelas usa con ellos un refuerzo positivo y no les fuerza a comer. Para estas escuelas de referencia, que cuentan con un equipo de nutricionistas y se someten a controles de calidad, es importante normalizar este momento. Sobre todo cuando la experiencia previa de los niños no ha sido buena

Es importante destacar el papel de la alimentación como momento social y de aprendizaje, utilizando instrumentos (cucharas y tenedores), que se convierten en materiales que suponen todo un ejercicio de coordinación visomotora; vasos de agua que requieren de todo su equilibrio para no derramarse y servilletas que les enseñan dónde tienen la boca para poder limpiársela. Todo ello favorece su autonomía, ya que los niños quieren hacer las cosas por sí mismos y en función de su edad, desarrollo e interés, en las escuelas favorecen que lo intenten sin importar que se manchen, que el agua se derrame o que experimenten con los alimentos cuando están comenzando a comer. Por todo ello, los menores adquieren hábitos de alimentación en esta primera etapa que mantendrán a lo largo de su vida. La educación para la salud es también importante en los primeros años de vida para que desarrollen hábitos y costumbres sanas y rechacen las menos positivas como las chuches o los entornos sucios.

Por último, resaltar que la comida no puede convertirse en un premio o un castigo, ya que esto hace que el propio niño la utilice como refuerzo ante situaciones anímicas alegres o complicadas, convirtiendo la alimentación en un hábito cuya finalidad no es nutrirse.

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