La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Oviedo cierra el Carnaval con cuatro heridos graves y con la mejor caja de Antroxu en los bares

Una pelea junto a la Catedral deja un joven ingresado con un gran corte en el brazo

Aspecto del interior de uno de los bares de copas del Antiguo durante la madrugada de ayer. LNE

El mejor Carnaval en la barra, pero el más infernal para el 112. Oviedo despidió su Antroxu en la madrugada del sábado al domingo con una noche antológica de fiesta espoleada por la temperatura excepcionalmente agradable para estas fechas. Fue una gran juerga colectiva en las calles pero también la noche más movida en mucho tiempo que recuerdan los trabajadores de los servicios sanitarios. El control policial puso coto al botellón para satisfacción de los dueños de los bares de copas, si bien ello vino acompañado por numerosas peleas, agresiones e intoxicaciones etílicas que dejaron al menos cuatro heridos de gravedad en distintos puntos de la ciudad.

La cruz de la noche de los disfraces tuvo sus incidentes más relevantes en el corazón de la ciudad. Eran las seis de la madrugada cuando S. P., un chico de 18 años, tuvo que ser trasladado por la ambulancia en UVI móvil después recibir un profundo corte en el brazo y otro en parte de la cara. "Había mucha sangre y fue muy escandaloso", indicaron los testigos de un suceso cuyo autor logró escapar y estaba siendo buscado por la Policía tiempo después de la agresión.

Tres horas más tarde fue una chica de 20 años, E. M. A. G., la que terminó herida de gravedad en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). La joven sufrió un traumatismo craneal después de recibir un fuerte golpe con una botella de tamaño y dureza considerables en plena calle Ildefonso Martínez. La herida estaba por la mañana pendiente de pruebas para evaluar la gravedad de los daños.

A lo largo de la noche se produjeron otros dos episodios de consideración en el Antiguo. V. F. J., de 29 años, sufrió un corte muy profundo en la cara al ser golpeado con una botella rota. Fuentes oficiales apuntan a que un grupo de jóvenes de origen magrebí habrían estado involucrados en la pelea. Por último, otro joven resultó también dañado de consideración en la cara por causas similares, aunque no han trascendido más datos.

Estos sucesos fueron solamente la punta del iceberg de la noche de Carnaval más movida que se recuerda entre los servicios sanitarios de urgencias. "Fue un no parar a partir de determinada hora de la noche", confesó ayer un técnico agotado tras el largo trajín de curas y traslados.

La sangre no sólo llego al río en las zonas calientes de la ciudad, pues a lo largo de la noche del sábado al domingo hubo incidentes en puntos tan variopintos como el barrio de Teatinos o el entorno del parque de Invierno. "Había gente en toda la ciudad y las emergencias fueron proporcionales", indican las mismas fuentes.

Todo ello a pesar de una fuerte presencia policial aplaudida especialmente por los dueños de los locales habitualmente golpeados por el botellón. "Hubo patrullas a la puerta de los locales casi toda la noche", comenta el propietario de cuatro establecimientos en el Antiguo, Sergio Fernández.

Otros no son tan optimistas y creen que el amplio operativo desplegado a lo largo de la noche por la Policía Local y Nacional no hizo más que llevar el consumo de alcohol a otros puntos menos vigilados. "El Antiguo estuvo mejor, pero la zona del parque de Invierno y el Campillín estuvieron llenos de gente muy joven bebiendo", apuntan trabajadores de los servicios de limpieza.

La actuación policial generó, por contra, quejas en las redes sociales por parte de jóvenes indignados tras ver cómo los agentes les ponían sanciones. "Pusieron multas por ocupación de la vía pública en un día que los bares están llenos", explicaban algunos damnificados por el amplio operativo desplegado en zonas como la calle Mon o la del Rosal.

Compartir el artículo

stats