"Me tengo que deber al interés general, al de Oviedo y al de todos los ovetenses y no al de una fundación privada". Así justificó ayer Rubén Rosón la decisión que ha tomado el tripartito de desalojar a la Fundación Gustavo Bueno del caserón de la avenida de Galicia que en su día ocupó el Sanatorio Miñor y que disfrutan los discípulos del filósofo desde finales de los noventa. Rosón pretende crear allí un vivero de empresas para dar un respiro a otras instalaciones municipales saturadas. Ante el convenio de uso por otros treinta años que la Fundación Bueno esgrime como argumento para permanecer allí, alude Rosón que, en realidad, el documento nunca se firmó y que lo que han hecho los seguidores del materialismo filosófico ha sido disfrutar del amplio chalet en precario. "Llevan décadas en un local de titularidad municipal sin ningún tipo de reglamento ni de convenio firmado", asegura Rosón. Gustavo Bueno Sánchez, hijo del filósofo y presidente de la fundación asegura que todo lo que se trate hasta el 27 de mayo (en referencia a las próximas elecciones) "es hablar por hablar".

Rosón pretende convertir el espacio, de mil cien metros cuadrados y de titularidad municipal, en un vivero de empresas. "Hay proyectos consolidados que necesitan un espacio" y no tendría ningún sentido "pagar miles de euros al mes por otra propiedad en alquiler". El edil explica que, sin el convenio firmando, el uso por parte de la fundación es ilegal. "Seremos entonces okupas", replica Bueno ante los razonamientos del concejal.

Incumplimientos

Según afirma Rosón, al margen de la inexistente firma del convenio, el documento especificaba que el caserón de la avenida de Galicia debía de ser destinado, además de para sede de la Fundación, para ubicar una biblioteca especializada en Filosofía en español, para la dotación de becas de estudio a estudiantes españoles y extranjeros, para la edición de libros, celebración de conferencias, actas de congresos y para la publicación de la Revista "El Basilisco", unas propuestas que, según el concejal, no se están cumpliendo en su totalidad.

La Fundación Gustavo Bueno lleva ubicada en este espacio más de veinte años y el Ayuntamiento asegura que nunca han pagado alquiler ni se le exigió en su día contratar un seguro del inmueble y que todos los gastos que genera el palacete se están asumiendo desde las arcas municipales.

El concejal de Economía y Empleo considera que la ciudad necesita impulsar el empleo y la actividad empresarial. Para este objetivo pretende utilizar el antiguo Sanatorio Miñor y convertirlo en un vivero empresarial dentro de la mayor red internacional de creación de comunidades empresariales conocida como "Impact Hub Network". Rubén Rosón explicó que en los próximos días se notificará a la Fundación Gustavo Bueno la decisión de dar otro uso al palacete. Fue en el año 2016 cuando se llevó a cabo un inventario a nivel municipal de todos los edificios públicos, un trámite necesario para redactar la nueva ordenanza de locales municipales y en el que se corroboró que la Fundación no contaban con ningún documento legal para el uso de este espacio. Gustavo Bueno, presidente de la Fundación, aseguró periódico que el desalojo parece un regalo de despedida del tripartito.