El concejal de Economía y Empleo Rubén Rosón intentó esta mañana realizar una visita al edificio que alberga la Fundación Gustavo Bueno, en la avenida de Galicia, pero los representantes de la institución no le permitireron el acceso sin una orden judicial. "Es un allanamiento de morada y vamos a llamar a la policía", le dijeron antes de sentarse a dialogar con él en la biblioteca, en la planta baja del centro, protagonizando una tensa reunión de cuarenta minutos.

El secretario de la Fundación Bueno, Tomás Suárez, y el abogado y miembro del consejo asesor del patronato de la Fundación, José María Fernández, recriminaron al concejal su actitud "desafiante" al presentarse "sin autoridad alguna" para visitar el edificio con el objetivo de convertilo en un nido de empresas. "El representante del Ayuntamiento es el Alcalde y él no está de acuerdo con usted sobre desalojarnos de aquí. La concejala de IU, Cristina Pontón, también dice que tenemos derecho a estar aquí. Aclárense entre ustedes o vayamos a los tribunales", aseveró Suárez.

Rosón abandonó el inmueble sin visitar las instalaciones, pero aseguró que volverá el lunes acompañado de la "autoridad policial". "Ha sido todo un esperpento. No me esperaba ese recibimiento. Son unos maleducados", señaló a los medios de comunicación antes de irse.

Gustavo Bueno Sánchez, el presidente de la institución Bueno, no estaba presente al encontrarse de viaje en La Rioja. El objetivo del edil de Somos era notificarle la necesidad de que se vaya de allí para que el Ayuntamiento use el edificio como nido empresarial antes de final de año. "Rosón quiere echarme de la sede de la Fundación para ganar votos el 26 M. Es una actividad de su campaña electoral, que encima no cuenta con el apoyo del Alcalde", comentó Bueno a LA NUEVA ESPAÑA antes de salir rumbo a La Rioja.

Rosón envió una carta el miércoles a la Fundación Bueno informando de su visita. "Por necesidades del servicio público utilizaremos las instalaciones municipales, ocupadas sin sustento legal desde hace décadas. Es necesario que algún responsable de la Fundación esté presente en la visita para despejar posibles dudas sobre el estado del edificio y su mantenimiento. Desde la concejalía de Economía y Empleo necesitamos conocer todas las dependencias del edificio, que serán visitadas este viernes. La Fundación se asegurará de contar con el personal necesario para que la visita municipal se pueda realizar en su totalidad (...) A la finalización de la visita municipal, me gustaría tener una reunión con los responsables de la Fundación para trasladarles las necesidades de espacio del Ayuntamiento en el edificio, calendarizar el traslado y los usos de las dependencias, y coordinar con los responsables la desocupación del inmueble".

Para el concejal de Economía, el acuerdo de cesión del edificio por un tiempo de cincuenta años alcanzado en 1998 entre el Ayuntamiento (en tiempos de Gabino de Lorenzo) y la Fundación carece de validez porque no está firmado y porque, a su juicio, la institución no ha cumplido con algunos de los objetivos marcados. Sin embargo, el alcalde, Wenceslao López, cree que el actual inquilino del inmueble podría tener derechos adquiridos tras veintiún años de uso, por lo que antes de tomar cualquier decisión como el desalojo, convendría contar con informes técnicos y jurídicos. "Rosón no se ha enterado todavía de que no estamos allí de prestado", apostilla Bueno.