El concejal de Economía, Rubén Rosón, se quedó ayer de nuevo sin poder visitar las instalaciones de la Fundación Gustavo Bueno. Acudió a las 13.30 horas y nadie le abrió la puerta del palacete de la avenida de Galicia. Pretendía trasladar a los responsables de la institución las necesidades de espacio que tiene su departamento, pero no lo pudo hacer. Llamó insistentemente al timbre y golpeó la puerta, pero no obtuvo respuesta. Rosón acusó a la Fundación de "tomar como rehén un edificio municipal". El presidente de la entidad, Gustavo Bueno Sánchez, se limitó a explicar que el edil no había anunciado su visita "y cuando llegó ya no había nadie porque nuestro administrativo se va a las 13.15 horas a la oficina de Correos a tramitar toda la correspondencia".

"Impiden la entrada de un representante municipal a un edificio público", criticó Rosón, que afeó la actitud de los responsables de la Fundación, que, en su opinión, le habían dejado plantado. "Esto ya pasa de castaño oscuro". "No están respetando a la institución municipal, poco respeto tienen a la democracia, esto es un hecho inédito", apostilló el concejal antes de cejar en el intento.

El edil explicó que acudía acompañado de una agente de la Policía Local no uniformada, algo que matizó el edil de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, que explicó que la funcionaria policial no acudía en labores de acompañamiento, sino en tareas de vigilancia por si surgía algún problema durante la visita. Por su parte, el sindicato SAS criticó ayer la actitud del edil. Desmintieron que fuese acompañado por un agente y denunciaron que "es lamentable que pretenda utilizar y manipular a la Policía para sus caprichos personales y políticos, precisamente él, que cuando fue okupa de La Madreña tachó a la Policía de facha y represora".

Todo esto ocurrió a las 13.30 horas. Ya por la tarde, poco antes de las cinco, dos agentes, también de paisano, acudieron a la Fundación para identificar a sus responsables. Lo hicieron en virtud a la denuncia interpuesta el pasado viernes por el concejal cuando le impidieron visitar las instalaciones.

Rosón quiso hacer entrega a los directivos de la Fundación de un documento en el que se detallan las necesidades de espacio que tiene su departamento "para desarrollar un nuevo servicio público ligado al empleo, la innovación y la impresión en 3D". Quiere que ese servicio comparta espacio, al menos temporalmente, con las actividades de la Fundación Gustavo Bueno. Al final se fue con el documento y hoy se lo hará llegar a través del servicio municipal de notificaciones.