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San Lázaro llora a su primer párroco

Los feligreses recuerdan a Celestino Castañón como el cura involucrado con los más necesitados del barrio

José Ramón Villaverde, Rosario Cabal y Andrés Fernández. IRMA COLLÍN

Los parroquianos de San Lázaro del Camino continúan llorando la muerte de su primer párroco, Celestino Castañón, fallecido el pasado sábado. La impronta que dejó fue mucha y la labor callada entre las familias más necesitadas, más aún. Cuando don Celestino llegó a San Lázaro, en el año 1968, en el barrio por no haber no había ni iglesia. El entonces arzobispo Tarancón le encomendó nada menos que crear una parroquia. Y así lo hizo.

"Empezamos en las antiguas escuelas del Ave María, dando la misa en un pasillo, estrecho y largo, lleno de gente de fe", recordaba ayer a este periódico José Ramón Villaverde, uno de los pioneros de aquellos tiempos tan difíciles como ilusionantes.

Sacristán y catequista, hizo un poco de todo para ayudar en aquellos tiempos tan complicados. "Serio y recto, pero muy cercano e involucrado en la vida parroquial, y siempre muy preocupado por las familias más necesitadas. Así era don Celestino". Así lo definió Villaverde. Y a él le encomendó el sacerdote una de las lecturas inaugurales de la parroquia, en el año 1968.

"Vivíamos para la parroquia, llegábamos a casa cansados y bien entrada la noche, pero éramos muy felices porque creíamos en lo que hacíamos", concluyó el pionero parroquial.

Junto a él, Rosario Cabal, que desde hace treinta años dedica tiempo y trabajo a la parroquia, a la que llegó atraída por el buen hacer de Celestino Castañón. "Era un cura ejemplar que siempre estaba en el momento que más lo necesitábamos. Fue un ejemplo para todos nosotros, a los que nos implicó en la vida parroquial y también en Cáritas. El párroco que todos esperábamos y necesitábamos".

El párroco actual, Andrés Fernández, recogió un testigo muy difícil de mantener, aunque antes pasaron dos curas más. "Tenía muy claro que lo fundamental era la construcción de piedras vivas en un barrio muy pobre y marginal, y logró compactar el barrio en torno a la parroquia, y yo intento hacer lo mismo".

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