El periodista Felipe Escudero ha fallecido esta madrugada en Oviedo a los 55 años tras varios años luchando contra la enfermedad. Antes de su fallecimiento, Escudero ha escrito una carta que ha remitido a LA NUEVA ESPAÑA en la que repasa su vida

Nacido en Menorca en 1963, estudió en Mahón, Madrid y finalmente en el Colegio Meres de Oviedo. Se licenció en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Cursó estudios de Ciencias Políticas en la Universidad Española de Educación a Distancia (UNED). También realizó cursos en la Menéndez Pelayo de Santander, la Universidad del País Vasco y la Universidad de Nueva York.

Comenzó como redactor en prácticas de verano (sin cobrar) en la agencia EFE y después trabajó en LA NUEVA ESPAÑA, de Oviedo, ciudad en la que también fue corresponsal del semanario Cambio 16. Residió durante casi cuatro años en Nueva York - en dos periodos- , desde donde colaboró para el diario EL MUNDO y, como freelance, para revistas como Cambio16, Panorama, Hola, etc...

Desde 1991 a 2004 fue jefe de Prensa de la Fundación Príncipe de Asturias. En ese puesto era el responsable de la imagen de la entidad durante la época del gran despegue internacional de la Fundación, a las órdenes del periodista Graciano García. El trabajo que más disfrutó siempre, porque daba casi siempre buenas noticias.

También ha sido jefe de prensa en otros acontecimientos -como la exposición ASTVRES o la organización de las primeras dos ediciones del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, todo ello en Gijón-, y fue también, en 1995 y 1996, el primer redactor jefe de la Revista Internacional de Protocolo. Ha colaborado con diversas instituciones impartiendo clases y cursos sobre relaciones con los medios de comunicación, gabinetes de prensa, etc...

De joven trabajó en hostelería desde los 18 años, lo que repitió después en Nueva York. Finalmente fundó o colaboró intensamente en Oviedo en locales como el Café Bar G y el NAGUAR.

Lo último fue crear su propia empresa de comunicación, Comunicación Escudero, donde trabajó con la periodista y ecritora Leticia Sánchez Ruiz.

Siempre atento a su salud (enviudó en 1996), y víctima del VIH desde los últimos años 80 del siglo pasado -aquella "movida madrileña" que tanto le enseñó y disfrutó-, fue sin embargo una desafortunada caída en 2014, a los 51 años, la que le generó una fractura de cadera que le llevó a dejar de escribir y casi hasta de soñar, como solía hacer antes.

Sus restos se encuentran en el Tanatorio Ciudad de Oviedo. Será incinerado hoy por la tarde sin funeral. Sala 1.