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La iglesia que perdió su torre

La parroquia de Buenavista permitió desmontar el campanario durante la construcción del Calatrava y nunca lo recuperó

Recinto cerrado para los padres con niños pequeños LUISMA MURIAS

La iglesia de los Santos Apóstoles, situada ahora a la sombra del Calatrava, fue inaugurada el 18 de mayo de 1986, fiesta de Pentecostés, y bendecida por el arzobispo Gabino Díaz Merchán. No obstante, fue el 8 de diciembre del año anterior, día de la Inmaculada, cuando se utilizó por primera vez el templo.

De singular planta, está formada por ocho octógonos que bordean el interior del templo, a imagen de la planta octogonal de los antiguos templos bizantinos, y en este caso con el altar adelantado para que los fieles prácticamente lo arropen.

El templo fue diseñado por el arquitecto Enrique Álvarez del Páramo y por el aparejador Manuel Argüelles Fernández, que no se pudieron portar mejor, ya que donaron a la parroquia, a la que también pertenecían, sus honorarios.

Volviendo al interior de la iglesia, a la izquierda del altar un mural, de inspiración bizantina, de Pentecostés con los Santos Apóstoles que dan nombre a la parroquia y que es un icono de esta iglesia. Delante está el sagrario.

El diseño incluyó una singular torre, construida con grandes tubos, y en lo alto el campanario. Pero ya no está. Cuando construyeron el palacio de Calatrava pidieron al párroco permiso para retirarla momentáneamente y reponerla después, y de la torre y su campanario nunca más se supo.

El entonces párroco, el padre Arteche, confiaba en el valor de la palabra, pero esa no se cumplió. El párroco actual, José Luis Pascual, desconoce su paradero: "No sabemos dónde está; si la tiene la empresa constructora, Jovellanos XXI, el Ayuntamiento o el Principado. El caso es que seguimos sin torre ni campanario".

Pero los problemas que les causa el Calatrava no terminan aquí. Los extractores de humos de las cafeterías y locales de comida están muy cerca del templo. No solo originan humos, que sería lo de menos, sino un gran olor a "fritanga", como dicen los parroquianos. El problema pasará a la historia pronto, el próximo 31 de marzo, cuando el centro comercial instalado en el edificio de Santiago Calatrava cierre definitivamente sus puertas, tras el progresivo abandono de las tiendas y un cambio de propiedad que prevé nuevos planes para el centro.

El templo de los Santos Apóstoles tiene una singularidad. De entre los de Oviedo, es el único que tiene habilitado un espacio cerrado desde donde las familias con bebés y niños muy pequeños pueden seguir la eucaristía. En este espacio hay juguetes y libros de cuentos infantiles para hacerles pasar el rato.

Esta iniciativa hace, según precisó el párroco, que vengan a misa padres jóvenes que pertenecen a otras parroquias. No deja de ser una especie de pequeña guardería que está dentro de la misma iglesia.

Tiene además la iglesia unos grandes paneles laterales para separarla en zonas y realizar en ella distintas reuniones, incluso para actos que no sean religiosos, lo que le da también una gran funcionalidad.

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