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Responden los voluntarios del Teléfono de la Esperanza de Asturias

Cómo relativizar los problemas y disfrutar de la vida

Un buen modo de centrarse en el presente es pensar en la propia muerte; aunque suene macabro, ayuda a darse cuenta de que agobiarse no compensa

Cómo relativizar los problemas y disfrutar de la vida

Siendo la vida tan sorprendentemente corta y la muerte una condición tan eterna? ¡cuántas vueltas le damos a situaciones cotidianas que tienen fecha de caducidad! ¿verdad? ¿No crees que en muchas ocasiones no merece la pena? Este tipo de pensamientos negativos nos desbordan a casi la mayoría de nosotros. No estamos enfocando la atención en el presente y al final no somos capaces de disfrutar.

Una manera de relativizar los problemas es siendo conscientes de nuestra propia muerte. Puede resultar macabro, pero es una cruda realidad. Todas las preocupaciones que a veces tenemos no sirven para nada porque la mayoría de las situaciones no llegan a ocurrir. Anticipamos circunstancias que consideramos que van a ser de determinada manera y cuando llega el momento no son como esperábamos.

Es fundamental que seamos consecuentes. Estamos desperdiciando nuestro presente en acontecimientos que muy probablemente no llegan a suceder. ¿Cómo empezar a exprimir al máximo la vida? En el momento en que empecemos a ser conscientes de que tenemos un final se desvanecen los miedos, la culpa, las frustraciones, y comenzaremos a hacernos preguntas: ¿Por qué no voy a vivir como me dé la gana? ¿Por qué no me voy a atrever a hacer cosas que me dan miedo? ¿Por qué no voy a ser el dueño de mi vida? Puedo estar escribiendo un sinfín de porqués. Así que empecemos a dejar de ponerte límites porque esta vida es muy corta para no vivir la vida con pasión, con energía, con intensidad.

El cementerio está lleno de personas con sueños sin cumplir. Si le preguntamos a una persona en su lecho de muerte de qué se arrepiente, seguro que te diría que se arrepiente de lo que no se atrevió a hacer. No voy a negar que conseguir este cambio de mentalidad no es tarea fácil viviendo en esta sociedad que nos impulsa a estar desconectados de nuestra verdadera esencia. Hazte una promesa en la que decidirás que no te vas a centrar en buscar la felicidad, sino en ser feliz cada día. Debemos intentar dejar de planear tanto porque eso es la "antifelicidad", no estamos disfrutando el momento y nos perdemos anticipando el futuro. Levántate y agradece a la vida por cada día que estás vivo ¿no te parece que ya es hora de gritar al mundo y decidir que ahora te toca a ti? Para poder modificar nuestro comportamiento es necesario sentir un poco de rebeldía y desprendernos de toda esa negatividad que nos envuelve. Rebelarnos contra esas injusticias que nos han marcado.

Rebelarnos para coger impulso, rebelarnos para vivir la vida a nuestra manera. Para llegar a sentir ese cambio de concepción con nosotros mismos y soltarse, abrirse a la vida, romper con nuestros esquemas, es preciso experimentar ese fuego que nos quema, esa pasión que nos desborda.

Desnúdate y despójate de toda esa capa de sufrimiento que has estado arrastrando tanto tiempo. Decide de una vez vivir con impulso, con cierto desenfado, exprimiendo tus emociones, con una chispa de locura, entendiendo que tu vida no le pertenece al resto.

Empezarás a ver y a comprender que estás preparado para que el universo te brinde toda la vida fascinante que tiene reservada para ti. Recuerda, el mejor momento de tu vida será cuando te conviertas en la persona que realmente estás destinada a ser.

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