A la espera de datos oficiales, los organizadores de la Cometcon sólo tienen en la boca la palabra "éxito" a la hora de ser preguntados por los datos de asistencia. Tan sólo hacía falta darse una vuelta por los alrededores del complejo del Calatrava para valorar el tirón de una feria del ocio alternativo cuya consolidación ya es una realidad. Durante buena parte de la jornada, los organizadores se vieron obligados a limitar la entrada al superarse el aforo máximo de 4.160 personas fijado por cuestiones de seguridad.

"Somos la marea del orgullo friki", explicó Ander Izaguirre, un joven vasco que por cuarto año consecutivo decidió coger su mochila y acudir a pasar el fin de semana a la ya famosa convención ovetense. "Prácticamente es todos los años lo mismo, pero la gente viene en búsqueda de un ecosistema único con gran ambiente en el que se encuentran con personas que entienden su idioma", explica el visitante, cuya presencia está garantizada para el año que viene.

Los motivos de tan buena respuesta no son muchos, pero sí muy claros. La gran mayoría de los asistentes cuestionados por este diario apuntan a la diversidad de la oferta de actividades y la buena organización como claves para que cada año haya más gente congregada en el Calatrava. "Es un evento único en el norte de España y especialmente atractivo por el hecho de estar en un espacio cerrado en el que las relaciones son más estrechas", apuntó el avilesino Gonzalo Pérez.

En este contexto, el papel de la organización es fundamental, pues de su mano está el control de las entradas y salidas de gente. El objetivo: mantener el Calatrava lleno sin pasarse ni hacer esperar a los ansiosos visitantes más de la cuenta. "Rápido acaban de salir cinco", avisaba uno de los controladores de las salidas a sus colegas de la entrada para dar paso a otros tantos amantes del ocio alternativo que hacían cola.

El éxtasis de la jornada llegó con los actos centrales de la sala principal, donde alrededor de 2.200 personas se coordinaron para dar las palmas, posar para fotos multitudinarias y lanzar algunos gritos de ánimo a los "cosplayers" entregados con la causa. "He ido a muchas ferias y si tengo que quedarme con una me quedo con la de Oviedo, admitía Lourdes Domínguez, una sevillana encantada de estar en la capital del Principado después de un viaje de más de doce horas en autobús. "Creía que no llegaba nunca, pero mereció la pena", añadió la entusiasta de los videojuegos.

Todos estos ingredientes hacen más que posible alcanzar la meta de superar las 17.000 visitas registradas de media anualmente desde la primera edición celebrada en el año 2013. "Las sensaciones son buenas", admite la organización.