La Policía Nacional detuvo el pasado miércoles a un repartidor acusado de aprovechar sus portes de mercancía de diferentes comercios para sustraer parte del material transportarlo y venderlo posteriormente en el extranjero. En principio se le imputa el robo de relojes suizos por un valor de 15.000 euros, así como lotes de ropa de marca cuyo precio de mercado alcanzaría los 45.000.

Los hechos se descubrieron a raíz de la denuncia de un joyero ovetense que exportaba relojes de gama media a otros países. El pequeño empresario descubrió que desde hacía unos meses algunos relojes enviados a sus clientes del extranjero no llegaban a sus diferentes destinos.

El análisis de los diferentes albaranes de entrega de los materiales que eran llevados hasta el aeropuerto de Barajas desveló que las "pérdidas" de los materiales se producían en los transportes realizados por un trabajador en concreto. Este aprovechaba las horas en las que las joyas estaban bajo su custodia para abrir los paquetes, robar parte de los productos y posteriormente volver a encintarlo con sumo cuidado.

Una vez descubierta la sustracción de las joyas los policías tiraron de la manta con el objetivo de averiguar si su actuación delictiva se extendía a otros sectores. Fue entonces cuando se encontraron con que el investigado estaba desviando paquetes de ropa que tenían como destino una gran superficie comercial en España para, seguidamente, enviarlos al extranjero donde se comercializaban.

La detención del hombre, de nacionalidad extranjera, permitió a la Policía recuperar prendas robadas con un valor superior a los 8.000 euros sobre un total de 45.000 que se estima que valía la ropa desviada, así como un reloj suizo de mujer tasado en 1.500 euros. Al parecer, todo lo robado era enviado al país de origen del acusado, obteniendo éste sustanciosas ganancias.

El presunto delincuente fue puesto a disposición judicial, decretándose su puesta en libertad con cargos a la espera de la celebración del correspondiente juicio.