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La comunidad marroquí arropa a la familia de Tasnim en Vallobín: "Somos una piña"

Los vecinos del edificio desde el que se cayó la pequeña alertan de que las ventanas de los pisos "están a un nivel más bajo de lo habitual"

"Somos una piña. Una gran familia. Estamos aquí para arroparnos unos a otros. Si admiten visitas, iré a verlos en representación de sus compatriotas aquí. Podemos ayudarles en todo, desde las tareas diarias hasta el apoyo emocional". El presidente de la Asociación de Marroquíes en Asturias, Driss Boudden, ofreció ayer su apoyo a los padres de la niña de dos años y medio que el miércoles se cayó desde una altura aproximada de trece metros al precipitarse por una ventana de su casa en un tercer piso de la calle Francisco Cambó, en el barrio de Vallobín. Este ofrecimiento se suma al apoyo que los afectados -naturales de Tánger- reciben a diario tanto de conocidos como de desconocidos.

Los residentes del mismo bloque en el que vive la familia desde hace aproximadamente cuatro años han explicado a este periódico que las ventanas de los pisos "están a un nivel más bajo de lo habitual". De hecho, algunos han optado por poner dispositivos de seguridad o cierres especiales en las ventanas de las habitaciones de los niños pequeños. Los compatriotas de los padres de la niña señalan que "en Marruecos todas las ventanas tienen rejas y son seguras para los niños", e insisten en que les cuesta acostumbrarse a lo contrario cuando se instalan en España. Una mujer también natural de Tánger, pero vecina de otro barrio de Oviedo, aseguró a este periódico que decidió instalar una reja en sus ventanas hace tres años, cuando un niño de 21 meses de origen marroquí falleció al precipitarse al vacío desde un cuarto piso en La Argañosa. "No es fácil porque el Ayuntamiento o la comunidad de vecinos suelen poner pegas a la petición", añadió.

La investigación policial sobre la caída de la pequeña Tasnim Zikri desde la ventana de un tercer piso de la calle Francisco Cambó continúa abierta, pero según ha averiguado LA NUEVA ESPAÑA las primeras hipótesis apuntan a que la niña se subió a un montón de ropa que había sobre una cama junto a la ventana, se asomó, se puso de pie en el alféizar, perdió el equilibrio y se cayó. A priori, su madre estaba en ese momento ventilando y limpiando la casa.

La mujer ingresó en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) casi a la vez que su hija y continúa allí, pero en una habitación de planta. Vio a la niña malherida sobre la acera y la escena le superó hasta el punto de perder el conocimiento minutos más tarde. Está embaraza de seis meses y su estado preocupó a los sanitarios de la UVI móvil que se personaron el miércoles en la calle Francisco Cambó. Ahora seguirá ingresada por un tiempo indeterminado debido a la gran ansiedad y desconsuelo que presenta. Llora casi de manera continua y necesita el apoyo de su esposo. El jueves, un día después del suceso, la mujer pudo visitar a su hija por primera vez en la UCI pediátrica junto a su marido.

El padre de la pequeña se organiza como puede para ir de un sitio a otro en el edificio hospitalario y ha aparcado su trabajo como especialista autónomo en colocación de pladur. Los amigos le ayudan en lo posible al acudir de vez en cuando al domicilio que comparte con su pareja a recoger enseres.

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