El Calatrava apura este fin de semana las que iban a ser las últimas horas de su centro comercial. Pese a que la clausura total prevista para hoy, el recurso interpuesto por una hamburguesería contra la interrupción de su contrato de alquiler, la suspensión cautelar del cierre dictada por el juzgado y la decisión de otro establecimiento de comida rápida de rebelarse contra la clausura, han arrojado cierta incertidumbre sobre la situación actual del espacio.

No obstante, ayer por la tarde la mayoría de las tiendas proseguía las labores de desmontaje iniciadas en días anteriores. La mayoría de los negocios han cerrado ya sus puertas y lo han recogido todo o tienen previsto hacerlo en los próximos días. Según ha podido saber este periódico, cada uno de estos arrendatarios ha pactado con la gerencia actual los días de demora de los que dispondrán hasta abandonar de forma definitiva el centro comercial.

Al cierre de una marca "low-cost" de ropa el fin de semana pasado, siguió ayer el de otra cadena textil perteneciente a un grupo sueco. Buena parte de los restaurantes y bares establecidos en el interior también habían cesado su actividad hace días y ayer continuaban la mudanza para dejar vacíos los locales.

La incógnita ahora es saber qué sucederá con los establecimientos de comida rápida. En primera instancia, la suspensión cautelar del cierre del centro comercial queda a expensas de que el juzgado resuelva sobre la demanda que ha planteado el gerente del establecimiento de hamburguesas, franquicia de una gran cadena. Pese a que manifiesta que tiene contrato para seguir en el Calatrava hasta 2036, falta saber la opinión del juzgado sobre la resolución de su contrato.

En principio, los nuevos dueños del Calatrava, un grupo inversor controlado principalmente por Estabona Management, tenían previsto cerrar el centro en el primer trimestre de este año e iniciar unas obras para reformar totalmente el espacio, convertirlo en un espacio dominado por el ocio y el entretenimiento y reabrir sus puertas en 2021.