Un hombre "sensible, cariñoso y familiar". Así recuerda su hermano mayor a Enrique Pedro Fernández González, el ovetense que perdió la vida el pasado domingo tras ser arrollado por el remolque de un vehículo en la localidad madrileña de Pozuelo del Rey. El fallecido -Jefe del Servicio de Obra Subterránea de Dragados- estaba participando en la primera edición de la marcha ciclodeportiva en homenaje al desaparecido ciclista Jesús Rodríguez Magro cuando ocurrió el fatal accidente. Enrique Pedro Fernández, que tenía 58 años, estaba casado y deja tres hijos de 16, 10 y 4 años de edad. "Ha sido una tragedia", lamenta su hermano Ángel.

Como solía hacer cada vez que podía, el ovetense cogió la bicicleta el pasado domingo para tomar parte en una marcha en la que también participaron ciclistas históricos de la talla de Miguel Induráin, Pedro Delgado, Ángel Arroyo o Anselmo Fuerte. El pelotón, integrado por unos 600 deportistas, había partido de Alcalá de Henares y Enrique Pedro Fernández pedaleaba con ellos enfundado en el maillot de su club: Bicicletas Cosme. Cuando llegaron a la altura de Pozuelo del Rey, a la una menos cuarto de la tarde, sólo 25 minutos después de que se diera la salida, se produjo el impacto que le costó la vida al ovetense. "La bicicleta era su pasión y siempre que podía se escapaba con ella. La pena es que ocurriese así", dice su hermano.

Enrique Pedro Fernández falleció cuando los responsables de la seguridad vial de la marcha decidieron cerrar la "jaula de seguridad" -el tramo de carretera en el que no pueden circular otros vehículos que no sean los de la organización- para conseguir que se agilizase el tráfico. En ese momento el ovetense se quedó por detrás del corte, es decir, que él y el resto de participantes que no estaban en ese perímetro de seguridad ya estaban circulando como el resto de usuarios de la vía, junto a los coches "taponados" por la carrera.

Prestigio en su campo

El fallecido se licenció en la Escuela de Minas de Oviedo en el año 1986. Comenzó trabajando para la empresa Arthur Andersen en la ciudad, pero pronto dio el salto a Dragados, donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional y se especializó en túneles. Empezó en las obras del AVE entre Madrid y Sevilla y a partir de ahí hizo obras por medio mundo, desde Japón a la Variante de Pajares. Era un hombre muy querido en el gremio. "Cada vez que podía venía a Oviedo, a la casa en la que vivimos toda la vida. Pero desde ahí se iba a hacer salidas con la bicicleta. Su pasión era subir El Fito, Los Lagos y otros picos asturianos. Sus tres pasiones eran la bicicleta, su trabajo y la familia", afirma su hermano Ángel. La iglesia parroquial de San Francisco de Asís acogerá el funeral por Enrique Pedro Fernández González pasado mañana, martes 2 de abril, a las cinco de la tarde.