El paisaje puede ser significante o significado, síntoma o enfermedad, símbolo o realidad. Un paisaje puede ser el resumen de una época y la descripción de toda una sociedad. Esa sinécdoque, esa parte por el todo, es lo que utiliza Román Corbato en la exposición "Sit locus", inaugurada ayer en la Escuela de Arte de Oviedo dentro de las Jornadas RE.

Artista, arquitecto, escultor, fotógrafo y por encima de ello "ladrón", como le definió el profesor Eduardo Guerra, el artista gijonés afincado en Vigo utiliza lo que encuentra para expresar lo que necesita. El descubrimiento de una casa abandonada en Aboño (Carreño) lleva al Corbato arquitecto a pensar en los dos motivos por los que acaba colapsando una construcción, por la rotura de sus cristales o por la caída del tejado. Luego aflora el Corbato "ladrón" que recoge los cristales rotos y se los entrega al Corbato artista, que construye una pieza. Aboño sufre desde hace décadas las consecuencias de ser una de las zonas más industrializadas de Asturias. Los cristales que expone Corbato conservan esas marcas de polvo que la polución fue acumulando durante años en los cristales de la casa. Además, el artista los presenta a modo de "skyline" y los plantea "como límite entre lo interior, la vivienda, y el paisaje exterior".

De una escombrera ilegal recogió también el artista varios azulejos con los que ha construido dos piezas que se mantienen en pie por el simple hecho de la gravedad. Son restos de lo que fue un espacio habitado y que acabaron degradando el medio ambiente.

Lo mismo ocurre con la pieza "Castilletes", una propuesta con la que Corbato hace reflexionar sobre la ruina. Son listones de madera de pino que el artista ha quemado hasta el momento justo antes de su desintegración, cuando la madera se asemeja al carbón. "En realidad es una escultura de aire", dice. Lo explica por el espacio interior de la pieza, pero bien podría ser por el oxígeno necesario para la combustión. Lo plantea en relación a los castilletes mineros, a la extinción de la industria extractiva. Al ver la madera quemada también el espectador puede pensar en los incendios forestales que han arrasado Asturias y Galicia, los dos escenarios vitales del artista en los últimos años.

El recorrido por la exposición de Corbato comienza con un vídeo, "Intento", en el que el artista intenta levantar una estructura de piedra. Coloca bloques uno encima de otro hasta que todo se viene abajo. El vídeo está grabado en una urbanización abandonada en Pontevedra. Al fondo se ve la maravillosa playa de La Lanzada, un paisaje inmenso. Corbato coloca ladrillos uno encima de otro, construye una torre y el viento acaba tirándola. Arquitectura efímera a costa de la naturaleza.