"El autismo no es una enfermedad, el término más adecuado para referirse a ello es el de condición, ya que es un conjunto de características que forman parte de la persona durante toda su vida y condicionan la forma de sentir o percibir, procesar la información, aprender y comportarse".

Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Gema Trelles, psicóloga de la Asociación Asperger de Asturias, que intervino con Sandra Fernández, autista, en un acto realizado con motivo del Día Mundial del Autismo. "Debemos evitar usar palabras que se asocian al modelo médico de enfermedad, como 'sufre' o 'padece'. Una persona es autista, Asperger o con trastorno del espectro autista (TEA), pero hay grupos de activistas que defienden el uso de la palabra autista como adjetivo intrínsecamente relacionado con su ser", explicó Trelles.

A su lado, Sandra Fernández lamentó la discriminación que aún existe en la sociedad ante estas personas, que no siempre comparten los mismos rasgos. "Cada persona autista puede ser muy diferente de otra, por lo que el diagnóstico suele ser complejo y requiere la valoración de profesionales especializados", añadió Trelles.

Sandra Fernández también abogó por presentar el autismo como algo que puede darse tanto en hombres como en mujeres, y en todas las edades. "Se tiende a pensar que sólo aparece en la infancia, y no es así", aseguró. "Hay mucha información errónea y perjudicial de prácticas que se definen como curativas o remedios que al final han causado y causan terribles daños", recalcó Sara Fernández. Ambas ponentes lamentaron que las ideas erróneas sobre el autismo contribuyan a que se transmita información distorsionada o totalmente equivocada sobre lo que son y cómo son estas personas. "Uno de esos errores es creer que las personas autistas no se comunican", señalaron.