El cineasta Marcos Merino y el empresario y fotógrafo José Díaz, explicaron ayer sus respectivos modos de entender el arte, la naturaleza y la evolución de Asturias, a través de películas que hablan de la cultura minera y del declive de las Cuencas, en el caso del cineasta, y del documental que narra cien días de soledad en una cabaña de Caleao (Redes), en el caso de Díaz.

Ambos protagonizaron ayer, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, una de las conversaciones del ciclo "El autor y su obra", organizado por Tribuna Ciudadana. La presentación corrió a cargo de Virginia Gil Torrijos, directiva de la asociación.

Marcos Merino puso el acento en el cambio sustancial que ha traído la tecnología al cine. "Hace diez años todo era mucho más caro. El cine desde sus inicios retrata a la clase obrera desde el punto de vista de la burguesía. Ahora, los hijos de esos obreros pueden contar su propia historia sin que venga nadie de Madrid a dirigirlos y sin que predominen las visiones de la aristocracia y la burguesía", señaló.

Merino, que regresó a su barrio natal de La Calzada (Gijón), tras veinte años fuera, explica cómo fue su vuelta. "Mi obsesión con este regreso a Asturias es el trabajo de la autoestima colectiva. Soy de La Calzada y no reconozco el sitio en el que me crié; hay muchas cosas de Asturias que ahora no comprendo".

El autor del largometraje "ReMine" y de la serie televisiva "Patrimonio", entre otros trabajos, reconoció que la realidad de estos últimos treinta años ha sido compleja. "Una de las cosas que debemos hacer es descubrir nuestro rico patrimonio industrial y nuestra memoria minera, con elementos que nos distinguen del resto del mundo".

José Díaz se refirió a su cabaña del Parque Natural de Redes, como "el lugar en el que encuentro la felicidad". A su modo de ver, se puede vivir de forma muy simple en contacto con la naturaleza. "En los cien días que pasé solo en el monte, en Caleao, hubo momentos duros, pisé hojas, dispuse del tiempo a mi antojo, sentí la soledad de forma implacable y aprendí mucho de ella; dudé, renegué y fui muy feliz", sentenció. Díaz llevaba años acariciando la idea de pasar una larga temporada solo en su cabaña del parque natural de Redes, en Asturias, adonde acude cada semana desde hace 15 años.