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ENRIQUE MENDOZA | Abogado y escritor, experto en gobierno de las organizaciones

"Un buen educador de sus hijos suele ser un buen jefe, porque ambos ayudan a mejorar"

"A los buenos jefes, al igual que a los buenos profesores, los recuerdas con el paso del tiempo, aunque hayan sido unos huesos"

Enrique Mendoza Díaz (Granada, 1965) es abogado, escritor y se diplomó en Chile en Gestión Estratégica de Recursos Humanos. Padre de siete hijos, ha ocupado puestos directivos en diversas multinacionales en Latinoamérica, donde fue director del colegio Liceo de Monterrey, con más de 1.300 alumnos. En 2011 regresó a España y se instaló en León, donde ejerce como abogado, asesor de empresas, escritor y conferenciante. La semana pasada estuvo en el Club Torla de Oviedo, donde habló de la familia y de cómo los padres gestionan la vida laboral y la familiar.

- Habla usted de huérfanos de padres vivos, ¿puede explicarlo?

-Muchos de los problemas que tenemos las personas en general e incluso de los disturbios sociales que estamos viviendo son por falta de formación del individuo.

- Concrete.

-Son, en parte, por la falta de una auténtica vida familiar.

- ¿Qué quiere decir con eso?

-Muchos de los problemas que tienen las empresas es que la gente no sabe trabajar en equipo, falta de puntualidad, de compromiso e incluso de interés. También tienen su raíz en una mala educación que se da en la familia y en los colegios; muchas veces se pierde el sentido de las vidas. Como padres abdicamos de nuestra responsabilidad, y sobre todo porque también se ha perdido la conciencia sobre el impacto que nuestras acciones y omisiones tienen en la sociedad.

- Volvamos a la familia.

-Muchas veces se habla de la familia como algo privado y no es así. Se ha perdido también por parte de los padres la ilusión por la grandeza de ser padres de familia.

- ¿Hay lugar para el optimismo?

-Yo lo soy. No me recreo en lo mal que está el mundo. Yo creo que se puede salir adelante. Muchas veces nos quejamos de los grandes problemas que hay en la sociedad; algunos, la verdad, son complejos, pero la solución pasa por que cada uno, en vez de quejarnos por lo mal que todo el mundo hace las cosas, nos responsabilicemos de intentar mejorar la realidad que está a nuestro alrededor, empezando por nosotros mismos.

- Pero en el trabajo no siempre es fácil la conciliación con la vida familiar.

-Yo me casé hace treinta años y entonces ya se hablaba de la conciliación. Hay un concepto, el servicio educativo común. Si yo me preocupo de educar mejor a mis hijos y otros se preocupan de educar mejor a mis hijos nuestra convivencia será mucho más humana. Así se transforma y se mejora el mundo, porque nuestras decisiones en la familia tienen un gran impacto social.

- ¿Hay entonces paralelismo entre un buen jefe y un buen padre?

-Sí, porque los que son buenos educadores de sus hijos son buenos jefes, y viceversa.

- ¿Por qué?

-Porque en el fondo son gente que te ayuda a mejorar. El estereotipo que tenemos hoy del jefe es el de un tipo de sonrisitas y palmaditas en la espalda porque no quiere conflictos expresos, pero luego la realidad está ahí. Esto ocurre con padres de familia que dicen que se llevan muy bien con sus hijos. Esto de antemano ya me dice que algo no está bien, porque si realmente ejerces de padre tienes que estar en una tensión creativa, y corregirlos porque les quieres y les quieres ayudar a mejorar. Un buen jefe es lo mismo. Es más, a los buenos jefes, al igual que a los buenos profesores, los recuerdas con el paso del tiempo, aunque hayan sido unos huesos.

- ¿Cómo se gestiona una amplia jornada laboral con la atención que precisa la familia?

-Si no lo hacemos bien, podemos convertir a nuestros hijos en huérfanos de padres vivos por culpa del trabajo. Cuando hay padres que no pueden, no quieren o no tienen conciencia de la importancia de que ejerzan como padres, los perjudicados en primer lugar son los niños, después los padres y finalmente la sociedad.

- Pero el tiempo y el tipo de trabajo lo marcan las empresas.

-Sí, pero luego hay vida, y la gente va al gimnasio y a otros lugares, que no digo que esté mal. Es verdad que los horarios son muy exigentes, que la vida es muy complicada, pero también es verdad que si tenemos interés vamos a poner los medios, y eso se llama aprovechamiento del tiempo y la agenda. Si tienes claro la importancia y el impacto que tienen tus hijos en la sociedad, vas a hacer lo posible por sacar tiempo.

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