La Asociación de Vecinos de Trubia, una entidad con mucho peso en la localidad, pende de un hilo. La directiva que estaba al frente del colectivo ha dimitido en bloque y la agrupación está ahora en manos de una gestora. Según explicó ayer el que hasta hace unos días era el presidente, Francisco Grimaldos, la situación continuará así hasta el próximo día 1 de septiembre, la fecha límite para que alguien se haga cargo de la asociación. En caso de que nadie asuma el reto, el colectivo se disolverá después de una andadura de más de trece años.
El motivo del cese de la actual junta directiva no es otro que el cansancio. "Llevamos desde el año 2006 siendo los mismos y por eso decidimos no continuar. Creemos que hay que dejar paso a gente nueva y que tenga ganas de trabajar por el pueblo como creo que hemos hecho nosotros hasta ahora. Queremos descansar un poco y que vengan personas con nuevas ideas", explica Grimaldos. El presidente confía en que alguien tome el relevo, aunque las cosas no pintan muy bien por el momento. "El otro día organizamos una asamblea abierta al público para notificar nuestra decisión y para darle la oportunidad a la gente a involucrarse, pero sólo asistieron doce personas de una localidad que supera los dos mil habitantes", señala el ya expresidente del colectivo trubieco.
La Asociación de Vecinos de Trubia ha emitido un comunicado llamando a los ciudadanos a tomar las riendas de la entidad. En ese escrito recuerdan que el colectivo consiguió logros tan importantes para Trubia como el centro de salud, la pasarela de Soto, la cancha deportiva del parque del Ferrocarril o poner en marcha el proyecto del polideportivo, entre otras muchas cosas. "Hoy todo esto puede que a alguien le parezca poca cosa, ¿pero qué hubiera pasado si no hubiera existido esta asociación? Habría, sin duda, mucha gente indignada, pero gritando en el desierto. Nosotros hemos aglutinado ese descontento durante muchos años. Y tened por seguro que no ha sido una labor fácil. Cada uno los miembros de la directiva de esta asociación hemos invertido mucho de nuestro tiempo personal y de nuestras energías, y también de dinero, por qué no decirlo, en luchar por estas mejoras tan importantes. Y nos hemos llevado a casa problemas y discusiones con las administraciones que nos han quitado el sueño. Y sí, lo hemos hecho por que hemos querido poner nuestra voluntad de lucha al servicio del pueblo. De todos los vecinos", recoge literalmente el escrito dirigido a los vecinos de la localidad.
Retos pendientes
"Ahora con nuestras energías agotadas después de 13 años de alegrías y sinsabores tenemos que dar el relevo y conseguir que nuevos vecinos tomen las riendas de las muchas reivindicaciones ya empezadas y pendientes de resolver", añade el comunicado. Y entre esos retos que quedan por conseguir para Trubia están, entre otros, "la reparación de la AS-228 entre Molina y el cruce de la Riera con la AS-313, el Plan de inundaciones, la escuela de 0 a 3, el plan de desbroce y limpieza de caminos, la reparación del muro del Colegio de Soto, el calendario Cultural con actividades continuadas en Trubia, conseguir arrancar la obra del polideportivo o acabar con los cortes de luz pública nocturnos en la zona rural".
En ese escrito, los actuales directivos también se quejan de la falta de implicación de los vecinos. "Por desgracia, en la asamblea convocada la asistencia fue mínima. No hubo interés por parte de los vecinos. Así de claro. Por ello esta asociación disuelve la junta directiva y forma una gestora con la intención de hacer liquidación hasta el 1 de septiembre", señalan. "Este plazo podría servir para que hubiera alguien dispuesto a no perder lo que tenemos y tomar las riendas de la asociación. Si así fuera pondríamos nuestra experiencia a su servicio. ¿Podremos lograrlo? En manos de vosotros los vecinos queda la respuesta", añaden.
