"Hans Hotter fue el barítono más grande del siglo XX, con su magnífica voz". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el crítico musical Arturo Reverter, que impartió con Victoria Stapells, antropóloga, empresaria, mecenas y crítica, la segunda conferencia sobre los genios de la ópera, organizada por la Asociación Lírica Asturiana "Alfredo Kraus", que preside Carlos González Abeledo.

Reverter y Stapells hablaron de la figura del legendario barítono y de sus mejores actuaciones, con recuerdos de su carrera, ligada fundamentalmente a Richard Wagner.

En la exposición quedó claro que Hotter era un hombre con criterio. "En 1939, una semana antes del comienzo de la II Guerra Mundial, Hotter fue invitado a actuar en el Festival de Bayreuth y se negó a participar por desacuerdos con la organización, que dirigía entonces Winifred Wagner, la nuera inglesa del compositor. Hotter no quería participar en ese ambiente y buscó una manera de liberarse de esa invitación; ella nunca le perdonó", señaló Stapells.

"Hotter también destacó por sus intervenciones en el repertorio de la canción alemana o lied; es referencia ineludible como Wotan en 'El anillo del nibelungo', 'El holandés errante' y el zapatero Hans Sachs en 'Los maestros cantores de Núremberg', entre otros", indicó Reverter.

Hotter medía dos metros y sus colegas vieneses lo llamaban "Dios", porque Hotter fue el dios Wotan por excelencia en 'El anillo del nibelungo'. Perteneció a una familia de herreros y estudió dirección orquestal, de coros, piano y órgano en la Academia de Música de Múnich. Fue organista de iglesia hasta que quiso aprender canto.